Muertes extrañas

Combustión espontánea humana: ¿mito o realidad?

Combustión espontánea humana: ¿mito o realidad?

Combustión espontánea humana: ¿mito o realidad?

Seguramente hayas oído alguna vez el término combustión humana espontánea  y su asociación con la muerte humana en llamas sin aparentemente existir ningún incendio cercano ni nada por el estilo. 

El uso del término "combustión humana espontánea" se refiere a la muerte por fuego que se origina sin una fuente externa aparente de ignición. Existe la creencia de que el fuego comienza dentro del cuerpo de la víctima y desde dentro sale hacia fuera generando la muerte a causa.

Esta idea y el propio término hicieron su primera aparición en el año 1746 de la mano de Paul Rolli, miembro de la Royal Society, en un artículo publicado en Philosophical Transactions sobre la misteriosa muerte de la condesa Cornelia Zangheri Bandi.

El tema fue mencionado también en el British Medical Journal en 1938. Un artículo de L. A. Parry citó un libro publicado en 1823 con título Medical Jurisprudence, en el que se relataban las similitudes entre varios casos de combustión espontánea:

"Las víctimas son alcohólicos crónicos, suelen ser mujeres de edad avanzada, el cuerpo no se ha quemado espontáneamente, sino que alguna sustancia encendida ha entrado en contacto con él; las manos y los pies suelen caerse. Por otro lado, el fuego ha causado muy pocos daños a las cosas combustibles en contacto con el cuerpo. Por último, la combustión del cuerpo ha dejado un residuo de cenizas grasientas y fétidas, de olor muy desagradable".

Escribiendo en The British Medical Journal en 1938, el forense Gavin Thurston  también describe el fenómeno 

En su libro de 1995 Ablaze!, Larry E. Arnold, director de ParaScience International, escribió que existían alrededor de 200 informes de combustión humana espontánea en todo el mundo durante un período de alrededor de 300 años.

¿Cómo es la combustión espontánea?

La combustión espontánea humana es denominada así en tanto en cuanto la víctima termina convertida en cenizas, sin que haya mucho daño causado por el fuego cerca de él, y sin que ninguna fuente obvia de encendido esté cerca. En este sentido las víctimas usualmente son ancianas y viven solas.

Hay una corriente que estima que solo es posible este tipo de sucesos si se explican por fuerzas sobrenaturales. Pero nada más lejos de la realidad, lo más aceptado entre la comunidad científica es que pueda ocurrir por el denominado efecto mecha.

¿Y qué es este efecto mecha? Pues es sencillo de explicar. En primer lugar la víctima fallece por un ataque al corazón, una caída o un derrame. Después, un cigarrillo encendido o una chispa de alguna llama hace que la ropa arda sin llegarse a producir una llama. A la vez que la ropa se va quemando lentamente, el calor hace que se derrita la grasa que está debajo de la piel y a tela carbonizada la absorbe como una mecha y la quema. El calor derrite la grasa que está debajo de la piel y la tela carbonizada la absorbe como una mecha y la quema.

Experimentos llevados a cabo con cadáveres de cerdos envueltos en telas han mostrado que arde con una llama suave y estable que calienta el cuerpo a 800ºC y dura por siete o más horas.

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