ELA: qué es y cuáles son sus primeros síntomas

Cinco de cada 100.000 personas en el mundo padecen ELA, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso para la que, de momento, no existe cura, pero sí han existido algunos avances que permiten a sus pacientes vivir más y en mejores condiciones. Muchos han sido los rostros conocidos que en los últimos años se han encargado de darle luz a un problema que parecía estar entre tinieblas, inexistente para una buena parte de la población, y que ahora suman efectivos y ayudas a diario. Incluso a través de retos como el Ice Bucket Challenge¿Qué es la ELA y cuáles son sus primeros síntomas? Aquí os lo contamos

La ELA afecta a miles de personas (entre 5.500 y 6.500 nuevos diagnósticos cada año), pero no estamos ante una enfermedad que se comporte de la misma manera con todos sus pacientes. La ELA es la más importante de las degeneraciones que pueden afectar a las motoneuronas, células nerviosas que actúan desde el cerebro a la médula espinal, llegando hasta los músculos y contrayéndolos voluntariamente.

En la etimología de su nombre está el significado de sus efectos posteriores. Esclerosis Lateral Amiotrófica viene del griego: Esclerosis (degeneración dura) Lateral (zona de la médula por donde bajan las fibras nerviosas 'escleróticas' y Amiotrófica (no músculo nutrición).

La ELA no afecta a los sentidos

Respecto a los primeros síntomas que anuncian la aparición de la ELE suelen empezar por sensación de cansancio general, pequeños temblores musculares y calambres y torpeza en el andar o el habla.

Con el paso del tiempo los efectos se van haciendo más notables aunque ni la vista, ni el oído, ni el olfato, ni el gusto ni el tacto se ven afectados. Tampoco el corazón, los intestinos y las propias funciones sexuales, que permanecen intactas.

La ELA es una enfermedad progresiva y su duración oscila entre 2 y 5 años, aunque algunas personas afectadas han sobrevivido durante más de una década, una esperanza que expertos y pacientes confían en ir incrementando con la llegada de medicamentos como Albrioza, los polvos solubles contra la ELA, que seguirán sumando para que miles de afectados por ELA sean capaces de tener una vida satisfactoria durante la enfermedad, incluso cuando esté en su fase más avanzada.