Lista definitiva de las mejores mascarillas según los expertos
Dependiendo del contexto deberemos utilizar unas mascarillas u otras
Las mascarillas han llegado para quedarse, eso lo tenemos claro. Aunque ya nos encontremos en la nueva normalidad, por el momento, sigue siendo obligatorio su uso hasta que llegue la esperada vacuna contra el COVID-19 o un tratamiento eficaz para el mismo.
Esta obligatoriedad ha derivado en que, además de un elemento de protección, se esté creando tendencia en moda como un complemento que forma ya parte de nuestra vestimenta. En esta línea, se están fabricando diseños muy diferentes y para todos los gustos.
Echando la vista atrás, la primera semana de la crisis sanitaria por la pandemia las mascarillas se agotaron completamente; una situación muy distinta a la actual, donde podemos encontrarlas hasta en los supermercados y tiendas online.
No obstante, a pesar de esa variedad y facilidad para adquirirla actualmente, los expertos recomiendan que compremos productos certificados y homologados, evitando sitios web que puedan ofrecernos ofertas sospechosas. Asimismo, antes de comprar hay que tener muy claro cuál es la manera en la nos protege cada mascarilla y para qué situaciones pueden ser o no aptas.
Higiénicas y quirúrgicas, las básicas
Las higiénicas son las más utilizadas y recomendadas para la población en general. El material con el que están fabricadas es muy suave (filtro que no tejido) y son bastante cómodas. Protegen desde la parte superior de la nariz hasta la barbilla, adaptándose a la forma y tamaño de cualquier tipo de cara. Las gomas de sujeción, además, son blandas pero resistentes. Según los expertos, bloquean el polvo exterior y las partículas que expulsamos al respirar, hablar o estornudar.
Las de tipo quirúrgico tienen un mayor grado de protección -llevan tres capas de filtro- y también son muy finas y adaptables a la cara. El precio es asequible y se pueden comprar en paquetes de 10, 50 o 100 para un mayor ahorro y uso familiar.
FFP2, mayor protección
Las FFP2 o N95 tienen nivel de protección es del 95 % por lo que son más seguras. Este hecho no implica que sea el modelo que debamos usar obligatoriamente, sino que dependerá de nuestras actividades cotidianas.
Son recomendables para personas que trabajan de cara al público, por ejemplo, y se encuentran más expuestas a riesgos de contagio. También son las mascarillas perfectas para personas que convivan con pacientes que hayan dado positivo al coronavirus.
De tela y con filtro
Los expertos explican que todas las mascarillas tienen algún tipo de filtro, y que la clasificación se encuentra determinada por el tamaño de las partículas que es capaz de filtrar.
Las fabricadas en tela suele incorporar un bolsillo interior donde se introduce un filtro -de carbón activo y vida útil limatada- que ofrece una protección adicional.
Estas mascarillas de tela son muy eficaces siempre que estén fabricadas con tejidos adecuados y han de cubrir nariz, boca y barbilla con un buen ajuste.También tienen que tener varias capas de tela, permitir la respiración con normalidad y poder lavarse el número de lavados pertinente sin provocar daños en el tejido.
Las que no deberíamos utilizar
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y expertos en el tema, las mascarillas que no deberíamos utilizar son las que llevan una válvula incorporada, que está pensada para que el portador no inhale aerosoles o microorganismos.
El ámbito donde suelen utilizarse son los laboratorios de bioseguridad, con material biológico de riesgo. En ese caso, el dispositivo tiene el objetivo de facilitar la respiración de la persona que la lleva. Ahora bien, si hablamos de tratar de evitar contagios entre dos personas, esa misma válvula será la que facilite la salida del aire con micropartículas, suponiendo un riesgo para el contagio.
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