Posturas ideales para no dejarse la salud en el trabajo
En función del oficio desempeñado, una persona puede estar sentada durante horas frente al ordenador, cargar decenas de kilos o soportar el paso del tiempo de pie parado · Descansar y variar de posición previene las dolencias musculares
Una misma actividad se puede hacer adoptando posturas distintas. El objetivo de la higiene postural y la ergonomía es aprender a realizar los esfuerzos de la vida cotidiana de la forma más adecuada, con el fin de disminuir el riesgo de padecer dolores musculares. Además, para quienes ya los padecen, saber cómo realizar los esfuerzos cotidianos puede mejorar su autonomía y mejorar la limitación de su actividad. Una enfermera, un conductor de autobuses, una investigadora de ecología y el director de una empresa de innovación exponen las medidas que toman durante el desempeño de su trabajo para realizarlo de la forma más segura y liviana para el cuerpo.
Gloria Bulnes tiene 29 años y es enfermera en el área de traumatología. Su jornada laboral es de ocho horas seguidas y en ellas puede cargar con pacientes de más de 80 kilos de peso, levantar cajas de material sanitario o estar de pie parado el tiempo que dure una intervención quirúrgica. "Al paciente lo movemos en bloque, flexionamos ligeramente los brazos y las piernas porque si cargamos con las extremidades estiradas podríamos hacernos una contractura", describe Gloria. Del mismo modo, cuando ella carga una caja con material sanitaria se agacha doblando las rodillas, con la espalda recta y la cabeza levantada, apoyando los dos pies en el suelo, ligeramente separados (aproximadamente la separación entre las caderas) y lo más cerca posible del peso a levantar. Como la columna sufre más al estar de pie parado, que andando, en las horas que transcurre una operación quirúrgica, ella y sus compañeros intentan, en la medida de lo posible, cambiarse de posición, y sobre todo, llevan un calzado adecuado (tacón entre 1,5 y 3 centímetros) y medias de descanso. Terminada su tarea profesional, Gloria practica deporte en un gimnasio, "correr o hacer bicicleta me ayuda a reactivar la circulación sanguínea de las piernas, además de que me fortalece toda la musculatura", dice.
Según los especialistas, además de cumplir las normas de higiene postural al adoptar posturas, hacer esfuerzos y realizar los distintos tipos de actividades se debe hacer ejercicio físico para mantener en buen estado la musculatura, sobre todo, la implicada con en el funcionamiento de la espalda. Las dolencias de espalda son la principal causa de asistencia sanitaria en la población adulta, las padecen el 80% de los ciudadanos españoles en algún momento de su vida. Jesús Rodríguez es conductor de autobuses desde el año 1997. En su profesión la primera causa de baja es la depresión, y la segunda las dolencias musculares, sobre todo, de espalda. Por eso, él además de ser muy riguroso con la posición e inclinación del asiento del vehículo, en su tiempo libre practica natación. "El deporte es básico para corregir contracturas y reforzar los músculos y el esqueleto. Como conductor de autobús tienes que estar muy concienciado con tu higiene postural, pero no sólo durante el tiempo de trabajo, si no en el desarrollo de todas las tareas cotidianas. Por ejemplo, yo duermo en un colchón adaptado a mí y siempre en posición fetal o boca arriba, nunca duermo boca abajo porque es más dañino para la espalda".
Sara Muñoz, es investigadora de ecología y su trabajo implica dos tercio de tiempo sentada frente a un ordenador y un tercio de análisis en el campo. Según ella explica, "antes hacía deporte y desde que dejé de practicarlo y me limité a realizar mi tesis, con largas jornadas de concentración y tensión frente al ordenador, me han aparecido muchas contracturas en la espalda y en los brazos". Por prescripción del médico, además de tomar la postura adecuada mientras está sentada en su escritorio, ella hace estiramientos de cuello cada dos horas, y en su tiempo de ocio, realiza natación dos veces a la semana y acude al fisioterapeuta una vez semanalmente. "Muchas veces puedes tener la silla más ergonómica del mundo e intentar colocarte en la posición más saludable pero las contracturas ocurren por estar sometido a una situación de estrés", matiza Sara. En esta dirección, Joaquín Farias, ergónomo, expone "el problema de la higiene postural en el trabajo subyace sobre elementos psicosociales porque prima la productividad del trabajador sobre su calidad de vida laboral o sus limitaciones físicas". Según el especialista, las personas conocemos las posturas más adecuadas que deben mantenerse en el trabajo, sin embargo, cuando uno se concentra opta por alargar su concentración tanto como le sea posible durante horas y olvida hacer descansos. "En ergonomía lo más importante es hacer microdescansos cada cinco o quince minutos para que así cambies de posición. La postura adecuada es importante pero la clave realmente está en la variedad, ya que la postura mantenida en el tiempo es la que perjudica". Este esfuerzo estático se aprecia en dolencias como, por ejemplo, el atrapamiento del nervio periférico de la muñeca debido a la flexión de ésta durante largo tiempo, "las personas se pueden llevar de 20 minutos a tres horas con la mano puesta en el ratón del ordenador sin cambiarla de posición".
Israel Sánchez, director de la empresa sobre innovación tecnológica Capacita Sociedad Cooperativa, tiene la pantalla de su ordenador a 45 centímetros de sus ojos; cuando escribe coloca las muñecas y los antebrazos rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90 grados; y apoya los pies sobre un reposapiés, pero, sobre todo, él se levanta cada cinco o diez minutos a beber agua, también "cuando tengo que comunicarle algo a mis compañeros opto por acercarme a decírselo y así me muevo, estiro las piernas", dice Israel. Hay estudios científicos que demuestran que una misma postura puede aumentar o disminuir la carga que sufre el disco intervertebral según cómo se adopte. Por ejemplo, cuando una persona está sentada, la carga que soporta su disco intervertebral puede oscilar entre el 60% y el 140% de la que sufre cuando está de pie, dependiendo de la manera en la que se siente.
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