Aire acondicionado a 24 grados: la temperatura ideal para ahorrar según los expertos

Con la llegada del calor estival, surgen dudas sobre el uso eficiente de los sistemas de climatización para conseguir confort sin disparar la factura eléctrica

¿Cuánto gastamos en aire acondicionado al mes?

¿Ventilador o aire acondicionado?

Un aire acondicionado en una pared
Un aire acondicionado en una pared / Grok

La llegada del verano ha convertido el aire acondicionado en un elemento imprescindible en muchos hogares españoles, especialmente ante las intensas olas de calor que cada vez son más frecuentes en nuestro país. Sin embargo, la gran duda que asalta a los usuarios es cómo conseguir un equilibrio perfecto entre confort y consumo energético, más aún cuando los precios de la electricidad siguen siendo una preocupación para muchas familias.

Los expertos en climatización y eficiencia energética han zanjado el debate sobre la temperatura ideal: ni los 22 grados que muchos prefieren por sensación de frescor, ni los 26 que se recomendaban hace años por supuesto ahorro. La temperatura óptima para el aire acondicionado es 24 grados, un punto intermedio que permite disfrutar de un ambiente agradable sin exigir un consumo excesivo al aparato. Esta recomendación contradice la creencia popular de que fijar el termostato a temperaturas más altas, como 26 grados, siempre resulta más económico.

De hecho, cuando el calor exterior es extremo, programar el aire acondicionado a temperaturas demasiado elevadas puede resultar contraproducente. El equipo se ve obligado a trabajar de forma continua intentando mantener una temperatura que difícilmente alcanza, lo que provoca un mayor consumo energético y reduce la vida útil del aparato. Esta situación es especialmente común durante las olas de calor, cuando la temperatura exterior puede superar fácilmente los 35 grados en muchas zonas de España.

Consejos para maximizar la eficiencia del aire acondicionado

Más allá de fijar la temperatura adecuada, existen diversas estrategias para optimizar el rendimiento de nuestros sistemas de climatización. Una de las más efectivas consiste en adaptar la temperatura según la franja horaria y las condiciones exteriores. Por ejemplo, durante las horas centrales del día, cuando el calor es más intenso, puede ser necesario mantener esos 24 grados, mientras que por la noche se puede elevar ligeramente la temperatura o incluso apagar el sistema si las condiciones lo permiten.

El uso combinado de ventiladores y aire acondicionado supone otra estrategia altamente recomendada por los técnicos. Los ventiladores ayudan a distribuir el aire frío por toda la estancia, mejorando la sensación térmica y permitiendo que el aire acondicionado trabaje con menor intensidad. Esta combinación puede reducir el consumo energético hasta en un 40%, según estudios recientes de eficiencia energética.

Un aspecto frecuentemente ignorado es la importancia de la prevención pasiva. Bajar persianas y cerrar cortinas durante las horas de mayor incidencia solar evita que la vivienda se caliente excesivamente, facilitando el trabajo posterior del aire acondicionado. Los expertos calculan que esta simple medida puede reducir la temperatura interior entre 2 y 3 grados sin coste energético alguno.

Hábitos que alargan la vida del aparato y reducen el consumo

Un error común consiste en mantener el aire acondicionado funcionando hasta el último momento antes de salir de casa. Sin embargo, los técnicos recomiendan apagar el sistema al menos 30 minutos antes de abandonar la vivienda. La inercia térmica mantendrá el ambiente fresco durante ese tiempo, evitando un consumo innecesario y prolongando la vida útil del equipo.

El mantenimiento regular se perfila como otro factor determinante en el rendimiento y consumo de estos sistemas. La limpieza periódica de los filtros, idealmente cada mes durante la temporada de uso intensivo, garantiza un funcionamiento óptimo y previene averías costosas. Un filtro obstruido puede incrementar el consumo energético hasta en un 15% y reducir significativamente la capacidad de enfriamiento.

Los técnicos también alertan sobre la importancia de la ubicación del aparato. Instalar el aire acondicionado en zonas expuestas a la luz solar directa reduce su eficiencia, mientras que colocarlo en lugares sombreados mejora su rendimiento y prolonga su vida útil. Esta consideración es especialmente relevante para las unidades exteriores de los sistemas split, las más comunes en los hogares españoles.

El impacto del aire acondicionado en la factura eléctrica

El consumo energético del aire acondicionado representa una parte significativa del gasto eléctrico durante los meses estivales. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un equipo de climatización puede suponer hasta el 40% del consumo eléctrico de un hogar en verano. Por ello, adoptar medidas de eficiencia como las mencionadas no solo tiene un impacto ambiental positivo sino también económico.

Los expertos en eficiencia energética señalan que la diferencia de consumo entre un aire acondicionado bien utilizado y otro mal gestionado puede superar los 100 euros mensuales en una vivienda de tamaño medio. Esto hace que prestar atención a estos pequeños detalles resulte especialmente rentable a lo largo de toda la temporada estival.

Además, conviene recordar que los equipos con certificación energética A+++ pueden consumir hasta un 60% menos que los modelos más antiguos o menos eficientes. Por ello, aunque la inversión inicial sea mayor, la renovación de equipos obsoletos se amortiza rápidamente gracias al ahorro en la factura eléctrica, especialmente en zonas con veranos largos y calurosos como el sur y el levante español.

¿Qué temperatura es realmente saludable en el hogar durante el verano?

Más allá del aspecto económico, los médicos y especialistas en salud ambiental recomiendan mantener temperaturas entre 23 y 25 grados en el hogar durante el verano. Este rango no solo resulta confortable sino que evita los cambios bruscos de temperatura que pueden afectar negativamente a nuestro organismo, especialmente en personas vulnerables como ancianos, niños pequeños o quienes padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares.

Las investigaciones médicas indican que exponerse a diferencias térmicas superiores a 12 grados entre el exterior y el interior puede provocar problemas respiratorios, dolores de cabeza e incluso agravar condiciones preexistentes. Por tanto, la recomendación de los 24 grados no solo responde a criterios de eficiencia energética sino también de salud pública.

En definitiva, establecer el aire acondicionado a 24 grados durante los meses de calor representa la opción más equilibrada entre confort, economía y salud, permitiendo disfrutar de un ambiente agradable sin comprometer el rendimiento del equipo ni disparar la factura eléctrica. Un pequeño ajuste que puede marcar una gran diferencia tanto en nuestro bienestar como en nuestro bolsillo durante la temporada estival.

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