Menos ataúdes, menos pompa y sepultura en Santa María Maggiore
Francisco modificó el año pasado el ritual con el que se entierra a los papas
La muerte del Papa, en directo

Francisco modificó el año pasado las normas que rigen el ritual con el que son enterrados los papas para hacerlo más sencillo. Una vez que el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, ha certificado su muerte este lunes por la mañana, el Papa será expuesto en un velatorio público en la Basílica de San Pedro. No habrá uno privado anterior, tal como ocurrió con Juan Pablo II y los anteriores pontífices. En aquellas ocasiones, casi sin interrupción, los papas se exponían en una sala privada para ser despedido por los cardenales, jerarcas vaticanos y personal de proximidad al pontífice.
El pontífice argentino simplificó las exequias en un documento que se llama Ordo Exsequiarum Romani Ponteficis, y que divide el ritual en tres estaciones: vigilia, funeral y sepultura.
El Papa será enterrado en un ataúd de madera con un revestimiento intreno de cinc, que sustituye al tradicional féretro que estaba compuesto por tres capas: de madera de ciprés, de cinc y olmo. Una vez que el camarlengo ha certificado la muerte y se ha destruido el sello papal, el Anillo del Pescador, es el Colegio Cardenalicio el que decide cuándo será trasladado el Papa en procesión ante la Basílica. Todo indica que será expuesto este miércoles y durante tres días. La habitación donde ha fallecido, en la residencia de Santa Marta, es cerrada y sellada. Su cuerpo se encuentra ahora en una capilla.
Los médicos son los que certifican la defunción, aunque la tradición marca que sea el camarlengo, vestido de paramentos de color rojo, quien entre en la capilla, acompañado de un destacamento de la Guardia Suiza, para dar fe del fallecimiento.
El cuerpo del Papa se deposita en el ataúd con el rostro cubierto con un velo de seda blanco y se entierra junto a varios monedas acuñadas durante su papado y junto al llamado rogito, un papelito que recoge los hitos más importantes de su mandato. El ataúd ya no se colocará en un pedestal en la basílica, sino que reposará en el mismo féretro. Se expone abierto. El Papa vestirá de rojo, con la mitra en la cabeza y un palio a su lado. Francisco pidió que no se colocase el báculo a su lado durante una exposición que suele durar tres días. Tampoco habrá menciones grandilocuentes como "pontífice romano".
Los papas tampoco se deben enterrar ya de modo obligatorio en San Pedro. De hecho, Francisco ha pedido que su cuerpo repose en Santa María Maggiore (Santa María la Mayor), una de cuatro basílicas papales de Roma. A esta iglesia fua la primera a la que acudió Francisco una vez fue elegido pontífice hace 11 años.
La basílica, que domina la ciudad de Roma desde hace 16 siglos, está situada en la cima del monte Esquilino. Según la web del templo, la tradición cuenta que la Virgen, pareciéndose en sueños al patricio Juan y al papa Liberio, pidió la construcción de una iglesia en su honor, en un lugar que indicaría milagrosamente. El 5 de agosto de cada año se conmemora el Milagro de la Nieve mediante una celebración solemne y durante la liturgia una cascada de pétalos blancos desciende del techo.
En esta basílica están enterrados siete papas y el templo alberga el icono mariano más importante, la Salus Populi Romani, y reliquias como la Sagrada Cuna, el pesebre del niño Jesús, y los restos de San Matías y San Jerónimo. También se encuentra allí la tumba del gran escultor barroco Bernini.
El entierro se realizará entre cuatro y seis días después de su muerte, y los ritos funerarios durarán nueve días. El funeral se suele celebrar desde Juan Pablo II al aire libre en la plaza de San Pedro. Una vez enterrado, dan inicios las novendiales, que son las misas de difuntos que se ofician durante nueve días consecutivos.
En un plazo de 15 y 20 días a partir de ahora, quien ejerce de decano del Colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, que tiene 91 años, debe convocar el cónclave. El Vaticano ya se encuentra en sede vacante, y no habrá otro sustituto hasta que los cardenales con derecho a voto, que son los menores de 80 años, elijan a un sustituto. Casi el 80% de los cardenales actuales del colegio han sido elegidos durante el papado de Francisco.
Una reforma de Benedicto XVI permite que el cónclave se reúna a partir de que todos los cardenales se encuentren en Roma, por lo que no habría que esperar los 15 días preceptivos. Para que alguien sea elegido Papa es necesario un acuerdo de dos tercios del cónclave. Juan Pablo II introudujo un cambio, de modo que a partir de la votación número 34 se podría elegir pontífice a quien obtuviese la mayoría absoluta. Sin embargo, esto volvió a ser modificado. Desde esa 34 elección, sólo pasarán a la siguiente los dos más votados.
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