El pasado lunes, 13 de marzo, en torno a las 11 de la mañana un mariscador hallaba una nave semisumergida en la zona de la Ría de Arousa, en la provincia de Pontevedra. Concretamente en una zona que cuenta con unos 7 metros de profundidad, aproximadamente.

Fue éste hombre el que alertó a la Guardia Civil cuando se percató de la presencia de una mancha de aceite en el agua junto a un objeto extraño que parecía flotar entre las bateas.

Lo primero que pensó el trabajador era que se trataba de un depósito de plástico pero al acercarse comprendió que estaba ante una nave de mayor dimensión que se encontraba semisumergida y que es lo que se conoce como narcosubmarino.

El barco, que no es un submarino como tal, se encuentra semihundido en el agua, aunque la proa despunta sobre la superficie del mar. Se caracteriza por estar fabricado de manera casera, normalmente con fibra de vidrio y, en este caso, cuenta con unos 20 metros de eslora. Es bastante peligroso navegar en una construcción de este tipo pero muy útil para transportar droga ya que es indetectable por los radares.

En el año 2019 apareció otra nave de este tipo en las costas gallegas, concretamente en Aldán, pero éste último es más grande y sofisticado que el se encontró entonces.

Al recibir el aviso se ha trasladado hasta la zona un amplio despliegue de los cuerpos de fuerzas y seguridad del Estado entre los que estaban miembros de la UCO en tierra, una patrullera de Aduanas en el mar y un helicóptero de la Guardia Civil desde el aire.

A ellos se les unieron también los buzos del GEAS (Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas), para inspeccionar la nave y colocar los anclajes para la maniobra de reflote y remolcado. Esto es especialmente importante en el hallazgo de pruebas que puedan resultar determinantes para la investigación, como restos de ADN.

Qué guarda el narcosubmarino

Hasta ahora lo que ha trascendido es que la nave se encontraba vacía pero los investigadores sospechan que debido a sus características podría haber traído un alijo de unas 3 toneladas de cocaína proveniente de Sudamérica y hasta tres miembros que formarían parte de la tripulación.

Al estar vacía lo que se cree es que la nave llegó de manera muy planeada a la zona de la ría y que varias planeadoras la descargaron, poniendo la droga a buen recaudo y sacando de allí a la tripulación.

La labor de los buzos del GEAS para determinar qué estaba ocurriendo en el interior del narcosubmarino ha sido complicada debido a las malas condiciones que presentaba el mar. Toda la costa gallega está en alerta roja por mar combinada con olas de entre 5 y 6 metros. 

Relación con unas narcolanchas

Hace tres semanas aparecieron varadas dos narcolanchas de 12 metros de eslora con dos potentes motores Yamaha en la zona de Ribeira. Las dos estaban vacías, una de ellas rajada, pero con los depósitos de gasolina llenos. El aviso de este hallazgo se dio el 22 de febrero.

Una hora después, otro particular alertaba del hallazgo de otra planeadora similar en la playa de O Vilar, concretamente en la desembocadura del pequeño río de A Lagoa. En este caso, la embarcación tenía tres motores.

La Policía, que ya llevaba a cabo una investigación paralela en la que hay implicada una importante organización de narcotraficantes gallegos estudia si estos hallazgos están relacionados entre sí y pertenecen a los trabajos de dicha banda.