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Sociedad

La siesta celebra la festividad de su patrón, San Benito Abad

  • Una 'cabezadita' de no más de 30 minutos "permite recuperar fuerzas y mejorar la concentración", según el doctor Pedro Mayoral, experto en trastornos del sueño.

La siesta es una de las tradiciones más arraigadas de España y uno de los valores made in Spain que se han exportado a todo el mundo con más éxito, y este lunes celebra su festividad, la de San Benito Abad, a quien se atribuye la cabezadita.

El doctor Pedro Mayoral, experto en transtornos del sueño, ha enumerado las bondades de este producto que "se reconoce como un bien español, que a veces ha sido mal valorado y que ahora resulta que lo estamos exportando a todo el mundo". Mayoral, junto a un grupo de investigadores, ha creado un dispositivo de avance mandibular, bautizado con el nombre de Lirón, que ayuda a solventar problemas en el sueño como la apnea y los ronquidos. Estas interrupciones de la respiración, según este especialista, miembro de la sociedad española y de la europea del sueño, rompen los ciclos de estas cabezaditas que mejoran no sólo físicamente a las personas, también mentalmente, como lo han podido constatar hace unos meses la NASA.

Sus investigadores comprobaron que los astronautas mantenían la lucidez y la buena disposición después de dormir una siesta tras una mañana de intenso trabajo. El estudio estableció el minuto 26 como el propicio para despertarse de "tan breve letargo", pero Mayoral abre la horquilla entre los 20 y los 30 minutos para que la típica cabezada "nos permita recuperar fuerzas" y mejorar "la concentración". Es importante tomar este tiempo para descansar, sobre todo para los profesionales con un trabajo de alto riesgo y tensión, por ejemplo los controladores aéreos.

Y ¿cómo hay que echarse la siesta para que siente bien?: "Se puede estar tumbado o acostado, pero lo más importante es que no supere los treinta minutos", según Mayoral, ya que si se excede de ese tiempo se entra también en fases más profundas de la arquitectura del sueño, de unos ciclos más propios de la noche. "La siesta es una especie de sueño corto recuperador", insiste este especialista que ejerce en varias clínicas reconocidas de España y que la recomienda especialmente para personas con hipertensión, diabetes, problemas cardiacos, ansiedad y estrés.

Una investigación realizada en 2007 por Nasaka A. y Oikonomou E. demostró que las personas que dormían siesta ocasionalmente habían reducido en un 12% las causas de mortalidad coronaria, pero el descenso era de un 37% en las que la dormían habitualmente. Pero el abanico de los afortunados con una siesta se podría ampliar si tenemos en cuenta lo que apuntan algunos expertos en sueño que creen que tendría que incorporarse a las empresas. "Mejoraría el rendimiento de las personas porque mejoraría la calidad de vida y a su vez mejoraría el rendimiento económico", señala Mayoral, que hace alusión a un estudio que revela que las personas con grandes fortunas en el mundo, las que ganan más de cien mil euros, tienen la costumbre de dormir una siesta.

Empresas de Japón y China están recomendando a sus empleados este producto español, que se está exportando e implantando, según uno de los impulsores de www.liron.es, en Estados Unidos, Latinoamérica, etc. "La siesta cruza fronteras y el bienestar que ofrece es incomparable a cualquier otra solución médica", según los expertos y según pronosticó el santo San Benito de Nursia, más conocido como San Benito Abad, patrón de Europa y, tal como dicen las escrituras, la persona que estableció como momento de descanso la hora sexta o también llamada la hora de la siesta.

Cuenta la historia, según Mayoral, que este santo enseñó a los monjes a construir relojes para contar las horas. La regla de San Benito concretaba una serie de horas con las obligaciones, comidas, oraciones y ceremonias a realizar en cada una de ellas. La hora sexta, dedicada en la regla benedictina al descanso, ha sido la que ha inmortalizado la siesta.

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