La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Nos libramos de pasar vergüenza
Cada vez es más frecuente el uso de vehículos de movilidad personal (VMP). Especialmente, en entornos urbanos, donde el transporte multimodal ha cobrado mucha fuerza en los últimos años. Un nuevo paisaje se dibuja así en las ciudades y, mientras que una gran cantidad de personas sigue desplazándose en coche, otras se decantan por opciones como los patinetes eléctricos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, tal y como sucede en el caso de las bicicletas, aquellos que utilizan estos vehículos van más desprotegidos que el resto de los conductores. Como recoge la campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre la nueva normativa de este medio de transporte, "lo más peligroso es que no parece peligroso". Por lo tanto, es muy importante extremar las precauciones, respetar las señales y prestar mucha atención al entorno, así como también conocer la normativa correspondiente, con el fin de evitar cometer algún tipo de infracción.
“Los vehículos de movilidad personal, tal y como establece el Reglamento General de Vehículos, son vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar una velocidad máxima por diseño comprendida entre 6 y 25 km/h”, informa la DGT, que ha elaborado un Manual de características de los vehículos de movilidad personal.
Asimismo, aconseja el uso de casco, aún cuando la ordenanza municipal no lo contemple como obligatorio, Además, desde la entrada en vigor de la nueva normativa, los vehículos de movilidad personal comercializados deberán contar con un certificado de homologación. Se trata de una placa informativa en la que figure el número de certificado del patinete y sus respectivas características, como la velocidad que alcanza o el modelo.
Por supuesto, los patinetes eléctricos no están exentos de recibir multas cuando se utilizan de manera errónea o se pone en riesgo la seguridad vial. Las personas que circulan sobre ellos deben obedecer, igual que el resto de conductores, las normas establecidas por el Reglamento General de Circulación, con el fin de garantizar una movilidad segura y evitar sanciones que pueden llevar a multas de elevada cuantía:
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