Donald Trump dice que quiere ser Papa, pero ¿podría ser el próximo Pontífice realmente?
Analizamos las posibilidades, remotas, para que el presidente del Gobierno de los EEUU llegara a ser elegido en el próximo cónclave para suceder a Francisco
El cónclave para elegir Papa, el 7 de mayo

Donald Trump ha vuelto a sorprender con una de sus declaraciones más inesperadas hasta la fecha: “Me gustaría ser Papa. Esa sería mi opción número uno”. Lo dijo desde la Casa Blanca con su estilo habitual, entre el sarcasmo y la ambición desmedida, mientras bromeaba sobre el próximo cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Aunque sus palabras arrancaron risas, lo cierto es que su comentario ha reactivado una curiosa pregunta que circula desde hace años en foros, redes sociales y medios: ¿podría Donald Trump ser elegido Papa?
La respuesta, sorprendentemente, no es un “no” tajante.
En teoría, sí: el Derecho Canónico lo permite
Según la ley de la Iglesia Católica, cualquier varón bautizado que sea católico puede ser elegido Papa. No es requisito ser cardenal, ni siquiera sacerdote. Si un laico fuera elegido, se le ordenaría sacerdote y obispo antes de asumir oficialmente el cargo.
Desde un punto de vista legal, Trump podría ser Papa… si se convirtiera al catolicismo.
Pero claro, ahí empiezan los peros.
En la práctica, es casi imposible
Trump no es católico, sino presbiteriano, y nunca ha manifestado intención de convertirse. A eso se suma su historial público, sus valores personales y su desconocimiento total de la doctrina católica. Para que un laico (y además converso reciente) fuera elegido Papa, necesitaría un apoyo sobrenatural… y un cónclave dispuesto a romper todas las tradiciones.
Los cardenales —los únicos con derecho a voto en el cónclave— suelen elegir entre sus propios miembros, altos prelados con décadas de experiencia pastoral, teológica y eclesial. Nada más alejado de la figura del expresidente estadounidense.
¿Que estadounidense sí tiene opciones reales? El nombre que Trump mencionó
Durante su intervención, Trump no solo bromeó con ser Papa, sino que elogió a un candidato real: el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.
“Hay un cardenal de un lugar llamado Nueva York que es muy bueno”, dijo, evitando nombrarlo directamente, pero dejando clara la referencia. Dolan es uno de los diez cardenales estadounidenses presentes en el cónclave que se celebrará a partir del 7 de mayo, y ya participó en el que eligió a Francisco en 2013. En aquella ocasión, recibió dos votos.
Aunque no está entre los favoritos principales, Dolan sí es una figura relevante, tanto en EE. UU. como en el Vaticano. Y con el cónclave aún abierto, cualquier giro es posible.
Los otros papables estadounidenses
Además de Dolan, suenan con más fuerza otros nombres:
- Raymond Burke: referente del ala conservadora, crítico habitual de las reformas de Francisco.
- Robert Prevost: nombrado por Francisco como prefecto del Dicasterio de los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina. Fluido en español y muy bien considerado en Roma.
Estados Unidos tendrá una presencia fuerte con diez cardenales en la votación. Aunque históricamente nunca ha habido un Papa estadounidense, la posibilidad se contempla más seriamente que nunca.
Conclusión: entre la broma y la realidad
¿Podría Trump ser Papa? Técnicamente, sí. Realísticamente, no. Sería necesario que se convirtiera al catolicismo, fuera bautizado, aceptara la doctrina, fuera considerado idóneo por el cónclave… y que los cardenales decidieran romper con todos los precedentes de la historia moderna.
En cambio, el próximo Papa podría estar entre los nombres que sí representan a la Iglesia desde dentro. Lo único seguro es que, hasta que salga el humo blanco, todo puede pasar en Roma… incluso que Trump lo comente.
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