¿Qué horario debería elegir España, el de invierno o el de verano?
La propuesta del Gobierno de España para cambiar con el cambio de hora reanuda un debate con diversas implicaciones en la salud, el consumo o la esfera laboral
El cambio de hora será eliminado en 2026
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes que España solicitará ante el Consejo de Energía de la Unión Europea el fin del cambio de hora bianual en 2026. Esta propuesta obecedece al rechazo general de los españoles y europeos, así como la evidencia científca sobre los escasos beneficios sobre el ahorro energético y los efectos negativos para la salud de esta práctica.
El anuncio de Sánchez coincide con la semana en la que comienza el horario de invierno, en la madrugada de este domingo 26 de octubre. Con ello se reanuda un debate que quedó suspendido debido a la pandemia y a las discrepancias entre los estados de la Unión Europea. Esta decisión deberá requerir previsiblemente el consenso entre los países sobre qué horario adoptar, si el de invierno o el de verano, pero ¿cuál sería el más beneficioso para España?
Horario de invierno: más luz matutina ayuda a llevar hábitos más saludables
España es uno de los países donde el cambio de hora tiene un mayor arraigo. Su origen es anterior a la Unión Europea y se remonta a 1918, durante la Primera Guerra Mundial, con el propósito de ahorrar energía. Además, en 1940 Francisco Franco cambió el huso horario a la hora de Europa Central, para estar en consonancia con la Alemania nazi. Los cambios horarios se reanudaron en la década de los 70 con el fin de evitar alteraciones en el mercado único.
Geográficamente, a España le correspondería situarse en el huso horario GMT, que utilizan Reino Unido, Portugal o las propias islas Canarias. Así, el horario de invierno (GMT+1) supone una mayor correspondencia con las horas de luz natural, en la que la salida más temprana del Sol favorece un despertar más orgánico y otros hábitos saludables, como el adelanto de las horas de alimentación.
Según la Fundación máshumano, enfocada en el ámbito del trabajo, el cambio al horario de invierno contribuiría a la racionalización de los horarios y a la conciliación de la vida laboral y familiar. Al contrario, continuar con el horario de verano (GMT+2) conllevaría una transformación más drástica de los hábitos de vida por los retrasos en las horas de alimentación y descanso, así como un desfase de dos horas con respecto a la luz natural.
Horario de verano: aceptado culturalmente y con el favor de los empresarios
No obstante lo anterior, los ciudadanos no parecen estar disconformes con sus horarios relativamente inusuales y el retraso en las actividades de la vida diaria con respecto al resto de europeos. En 2024, una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señaló que el 70% de los españoles prefiere el horario de verano y un 51% es partidaria de continuar en la zona horaria de Europa central.
Un estudio de la Universidad de Standford afirma que mantener un horario permanente es más saludable para nuestra salud física y emocional. Además, el horario de verano reduciría la prevalencia de la obesidad y los accidentes cardiovasculares. Con respecto a los ritmos circadianos, más luz vespertina ayudaría a las personas madrugadoras a ajustar sus ritmos circadianos a un ciclo de 24 horas.
Otro de los argumentos a favor del horario de verano es el económico: el sector del turismo y la hostelería cree que las tardes más largas aumentarían los beneficios de las empresas. Por otro lado, los trabajadores que salen más tarde del trabajo tendrían una mayor predisposición para salir a la calle y consumir.
En 2018, el Consejo de Ministros aprobó la constitución de una Comisión de expertos para estudiar este asunto. En un informe, concluyó que "no era aconsejable producir ningún cambio precipitado en los husos horarios mientras no existiese un consenso compartido y una difusión práctica a nuestra ciudadanía de los riesgos y oportunidades que comporta".
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