¿Cuánto puede subir el nivel del mar en los próximos años?

La pérdida de hielo en la zona de Groenlandia es una de las mayores fuentes de aumento del nivel del mar. Los diferentes modelos de desgaste varían mínimamente en la desglaciación de Groenlandia, mientras que los últimos episodios atmosféricos y oceánicos, que rompen con la normalidad de los últimos años, invitan a pensar que los datos pueden ser incluso peores de lo previsto. El último enfoque presentado por un grupo de investigadores liderado por Jason E. Box, del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia, en Copenhague, y publicado en la revista Nature, resuelve que el nivel del mar aumentará 30 centímetros para 2050, independientemente de cuánto seamos capaces de reducir las emisiones globales de carbono.

Una teoría que viene a refrendar el informe de la ONU alertando de que el nivel del mar podría subir más de un metro en 2100 por el calentamiento, algo que podría obligar al movimiento de millones de personas en el planeta y a que nos vayamos acostumbrando a fenómenos meteorológicos extremos similares a la granizada que causó la muerte de un bebé esta semana en Girona.

Se calcula que los pequeños glaciares repartidos por el Mundo pierdan más del 80% de su masa de hielo de aquí al final de siglo con el actual escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que respetar el objetivo del Acuerdo de París sobre el clima para que el aumento de la temperatura no supere los 1,5 grados se antoja fundamental para intentar variar (o al menos frenar) esta deriva medio ambiental, que lleva prolongándose ya más de dos décadas.

Consecuencias de este fenómeno

En este último informe se constata que el déficit de hielo de Groenlandia surgió después de la década de 1980 a partir de aumentos en la escorrentía superficial de agua de deshielo y la descarga del flujo de hielo de sus sectores de aguas de marea. Y esta evolución estima que únicamente con el deshielo que se produzca allí el nivel del mar aumentará 25 centímetros.

Las consecuencias de este fenómeno puede provocar inundaciones y destrucción de infinidad de cultivos y zonas acuíferas, hábitat natural de peces, pájaros y plantas. Aumentará el número de tifones y huracanes peligrosos y la continua variación climática, pasando de olas de calor a olas de frío, sequías y lluvias torrenciales, inusuales en las temporadas en las que se produzcan. Un realidad que ya pocos esconden y que unen a ocho de cada diez andaluces, que notan la gravedad del cambio climático y la contaminación.