La sexta ola del coronavirus está resultado imparable y mucho más contagiosa de lo que llevamos de pandemia. Según los datos que las Comunidades Autónomas facilitaron al inicio de semana, la incidencia ya está muy cerca de alcanzar los 3.000 casos por cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, y pese a esta avalancha de contagios, la sintomatología y la gravedad de la enfermedad parecen ir decreciendo, motivo por el que el Gobierno se está planteando abordar el SARS-CoV-2 como una enfermedad endémica, es decir, aquellas enfermedades infecciosas que afectan de forma permanente o en determinados periodos de tiempo. Esto implaría que el tan temido covid-19 pasaría a ser tratado como en la actualidad se trata a la gripe. 

Consecuencias de 'gripalizar' el coronavirus

A efectos prácticos, el hecho de tratar este virus como hasta el momento se trata la gripe implicaría no llevar una cuenta de los casos ni controlar los contagios. En este sentido, se terminarían los datos diarios, semanales y mensuales que se vienen desarrollando desde que la pandemia fuera considerada como tal en marzo de 2020.

En consecuencia, se pasaría a efectuar una vigilancia centinela de la enfermedad, lo que implicaría que solo se contabilizarían los casos graves que necesitan de ingreso hospitalario y, por supuesto, las defunciones causadas por el virus. 

Así es como se trata a la gripe en España, ya que la única información que se publica sobre ella suele llegar en invierno y contabiliza únicamente las hospitalizaciones y las defunciones. 

Esto aliviaría la avalancha de información que, diariamente, abre periódicos y telediarios, y también supondría un respiro para la psicosis social que se ha generado en torno al coronavirus. 

La opinión de los expertos

Los científicos difieren en torno a esta decisión, ya que hay muchos que opinan que no es un planteamiento adecuado teniendo en cuenta que nos encontramos en plena oleada de contagios y que la Sanidad Pública se encuentra colapsada. 

Además de esto, hay muchos virólogos preocupados por las mutaciones que puede seguir desarrollando el virus, motivo por el que no ven muy conveniente apartar el foco de atención. 

Por su parte, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria considera que ya es hora de tratar esta enfermedad como otras infecciones, ya que los casos graves son una minoría. Además, han evidenciado el hecho de que, cuando los contagios suben a determinados niveles, el rastreo y el seguimiento individualizado resulta imposible, y que hasta el momento ha dado resultado el autodiagnóstico con test de antígenos y el autoconfinamiento. 

En este sentido, estos médicos de familia han considerado que la Atención Primaría debería prestar especial importancia a las personas vulnerables o que estén atravesando un cuadro de síntomas grave y dejar de invertir esfuerzos vanos en hacer un seguimiento de personas sanas que hayan dado positivo.