Un vigilante de seguridad consigue la incapacidad permanente tras 6 años de problemas lumbares

El trabajador recurrió por vía judicial después de que el INSS rechazara su solicitud, logrando finalmente una pensión equivalente al 55% de su base reguladora

Niegan la incapacidad a un tractorista agrícola porque todavía no ha transcurrido el plazo para revisar sus patologías

Un vigilante de espaldas / M.R.M/IA

05 de septiembre 2025 - 17:03

Un vigilante de seguridad español ha logrado obtener el reconocimiento de una incapacidad permanente total después de seis años de batalla administrativa y judicial. Este caso, resuelto a finales de 2023, pone de manifiesto las considerables dificultades que enfrentan numerosos trabajadores en España para conseguir el reconocimiento oficial de sus limitaciones laborales por motivos de salud, un proceso que frecuentemente se alarga durante años.

El trabajador inició su periplo en diciembre de 2017, cuando causó baja por incapacidad temporal debido a patología lumbar, recibiendo el alta casi dos años después, en noviembre de 2019, sin reconocimiento de incapacidad permanente. En noviembre de 2020, apenas un año después, volvió a solicitar otra baja por la misma patología, permaneciendo en esta situación hasta abril de 2022. En mayo de ese mismo año, el vigilante comenzó el procedimiento para solicitar la incapacidad permanente.

A pesar del detallado informe médico emitido en octubre de 2022, que documentaba dolor lumbar post artrodesis, discopatía y limitaciones significativas en la movilidad del tronco, el Instituto Nacional de la Seguridad Social denegó el reconocimiento de la incapacidad permanente total. La Dirección Provincial del INSS de Palencia consideró que las lesiones no eran suficientemente incapacitantes, decisión que mantuvo incluso tras la Reclamación Previa presentada por el trabajador.

La vía judicial como último recurso para obtener la incapacidad

Ante la negativa del INSS, y respaldado por los abogados especializados en incapacidad laboral de 'Fidelitis', el trabajador decidió acudir a los tribunales en febrero de 2023. Presentó una demanda solicitando el reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta o, subsidiariamente, total derivada de enfermedad común. Tras analizar el caso, la magistrada falló a favor del demandante en diciembre de 2023, reconociéndole una incapacidad permanente total.

La sentencia favorable implica que el vigilante tiene derecho a percibir una pensión equivalente al 55% de su base reguladora, establecida en 1.592,24 euros, con efectos retroactivos. Este reconocimiento llegó cuando el trabajador tenía 58 años, habiendo comenzado su batalla legal con 52 años, lo que demuestra el largo y arduo camino que supone este tipo de procesos.

El procedimiento de solicitud de incapacidad permanente en España

En el sistema español, todas las solicitudes de incapacidad permanente deben iniciarse a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Sin embargo, cuando este organismo rechaza la petición inicial, los trabajadores pueden recurrir a la vía judicial para defender sus derechos, como ocurrió en este caso. Este proceso suele ser largo y complejo, requiriendo asesoramiento jurídico especializado.

Los expertos de 'Fidelitis' señalan que este caso es representativo de una situación generalizada en España, donde muchos trabajadores con limitaciones reales para desempeñar sus funciones laborales se enfrentan a obstáculos administrativos significativos. La vía judicial se convierte, en muchos casos, en la única alternativa viable para obtener el reconocimiento de derechos que administrativamente son denegados.

Tipos de incapacidad permanente reconocidos en España

El sistema español contempla diferentes grados de incapacidad permanente. En este caso, se reconoció una incapacidad permanente total, que implica que el trabajador no puede realizar su profesión habitual pero podría dedicarse a otra actividad. Existe también la incapacidad permanente parcial, que supone una disminución no inferior al 33% en el rendimiento laboral, y la incapacidad permanente absoluta, que imposibilita cualquier tipo de trabajo.

El vigilante de seguridad solicitó inicialmente una incapacidad permanente absoluta, pero le fue concedida la total, lo cual es un resultado positivo aunque no cumpla totalmente con sus expectativas iniciales. Esta pensión le permitirá mantener unos ingresos mientras se adapta a su nueva situación laboral, pudiendo potencialmente desempeñar otras actividades compatibles con sus limitaciones físicas.

¿Qué requisitos se necesitan para obtener una incapacidad permanente?

Para acceder a una pensión de incapacidad permanente en España se deben cumplir varios requisitos. En primer lugar, es necesario presentar limitaciones anatómicas o funcionales graves que reduzcan o anulen la capacidad laboral. Estas limitaciones deben ser previsiblemente definitivas o, al menos, de larga duración.

Además, generalmente se requiere un período de cotización mínimo, que varía según la edad del solicitante y el origen de la incapacidad (enfermedad común, accidente no laboral, accidente de trabajo o enfermedad profesional). En casos de accidentes laborales o enfermedades profesionales, no se exige período previo de cotización, facilitando así el acceso a esta prestación para quienes han sufrido daños en el desempeño de sus funciones.

El procedimiento habitual implica una evaluación médica exhaustiva por parte de los profesionales del INSS, quienes determinan si las lesiones o enfermedades cumplen con los criterios establecidos en el cuadro de valoración de incapacidades. Este proceso evaluativo es precisamente el que, en muchas ocasiones, genera discrepancias entre los solicitantes y la administración, derivando en procesos judiciales como el descrito.

El impacto de las enfermedades lumbares en la capacidad laboral

Las patologías lumbares, como la que afecta al protagonista de esta noticia, representan una de las causas más frecuentes de incapacidad laboral en España. Según datos del Ministerio de Trabajo, los trastornos musculoesqueléticos suponen aproximadamente el 38% de las bajas laborales, siendo las dolencias de espalda especialmente prevalentes en profesiones que requieren esfuerzo físico o posturas mantenidas.

En el caso de los vigilantes de seguridad, las largas jornadas de pie, la necesidad de realizar rondas y, en ocasiones, intervenir físicamente en situaciones de seguridad comprometen gravemente su salud cuando padecen problemas lumbares. La artrodesis lumbar que presentaba este trabajador, junto con la discopatía y las limitaciones en la movilidad, son incompatibles con las exigencias físicas propias de esta profesión.

Los especialistas médicos señalan que estas patologías tienden a cronificarse y empeorar con el tiempo, especialmente cuando el paciente continúa realizando actividades que aumentan el estrés sobre la zona afectada. Por ello, el reconocimiento temprano de la incapacidad no solo es un derecho del trabajador, sino también una medida preventiva para evitar el agravamiento de su condición médica.

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