Cosas que hacer por hacer en el turismo de Almería
Anuario de Turismo 2024
En 15 años hemos aumentado en un 8% el número de establecimiento hoteleros abiertos en temporada alta
Al turismo de Almería le interesa Almería y así debe seguir siendo. Antes de empezar, ya hay que dejar claro que toda iniciativa o proyecto debería tener como pivote el entorno y la propia sociedad que lo envuelve: el producto turístico es la combinación, compleja eso sí, de nuestros recursos naturales y culturales (el bien común) con otros muchos menos idílicos, por supuesto, sin sobrepasar los límites de renovación naturales y el hartazgo de los vecinos. Mirando desde arriba la situación de Almería, en los últimos tiempos parece que todo el mundo (alóctonos más que autóctonos) se ha sentido con capacidad de opinar en función motivaciones tan distintas que al final nos hemos quedado en tierra de nadie. Hemos crecido sí, pero seguro que no al ritmo al que podríamos haberlo hecho, y sin beneficiar con equidad a los que teníamos que haber recompensado.
Así, “a lo gordo”, demos algunas cifras de nuestra oferta: en 15 años, hemos aumentado en un 8% el número de establecimiento hoteleros abiertos en temporada alta; un 15% en habitaciones disponibles (casi el mismo porcentaje en plazas); la ocupación es ahora un 8% superior a la existente 3 lustros antes; tenemos un 30% más de viajeros y un 28% más de pernoctaciones. En plan coyuntural, la serie histórica no me da para más, destacar que en 3 años el precio de la habitación ha crecido un 19%. Estas cifras no parecen estar mal. De hecho estamos por encima de la media nacional en variación del número de establecimientos y habitaciones (plazas) disponibles; y por debajo en grado de ocupación. También mantenemos el ritmo español de crecimiento en viajeros y pernoctaciones, eso sí, de turistas en un 82% de origen nacional (tasa que cambia poco) y con fuerte estacionalidad estival, menor en el caso del turismo extranjero. Los datos reflejan ya huecos por donde poder ir mejorando, que por otro lado casi todo el mundo implicado conoce, el sector debe empezar a caminar en la dirección adecuada para establecer un nuevo modelo turístico menos dependiente del volumen. En esta dirección se suele vincular el turismo de calidad con el gasto turístico, pero esta noción abarca sin duda un espectro más amplio que incluye factores como la diversificación, la masificación y la capacidad para crear empleos de calidad con trabajadores más capacitados y tasas bajas de temporalidad.
Me he dejado para el final la cifra del personal empleado, por la parte que me toca como profesor de operaciones y gestión de recursos humanos. Esta sí ha crecido muy por encima de la media. Ahora Almería emplea un 50% mas de personas que hace 15 años (en el pico de agosto) corroborando la impresión de que seguimos siendo un motor económico de bajo coste laboral, y donde se repiten los clichés que hacen huir a muchos trabajadores del sector: jornada amplia, remuneración escasa, empleo inestable y prestigio no reconocido. De hecho, se pone en evidencia la necesidad de aumentar la productividad, que cae debido a la alta rotación de empleos y las dificultades para contratar personal. Por no hablar de la implantación de las herramientas del turismo 4.0. El empleador debe ser consciente de los costes elevados de sustitución de un buen trabajador. Todos estos tópicos son los mismos que poco a poco van vaciando las aulas universitarias de especialistas en el sector. Porque sí, no nos engañemos, por ahora se buscan más manos que cerebros. Aunque la tortilla está dando la vuelta tan rápido que nos va a costar seguir el ritmo de los nuevos conocimientos que va a requerir un trabajador cualificado. Ahí va a estar lo bonito, tanto para empresarios, trabajadores o profesores.
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