CURSOS DE VERANO ‘OLAVIDE EN CARMONA’ 2023

“Sigue molestando que haya mujeres con voz y que el poder se nombre en femenino”

  • La periodista Pilar del Río asegura que, a lo largo de la historia, las mujeres han sido silenciadas y ocultadas porque han tenido el poder especial de la observación, algo que da “mucho miedo”

“Sigue molestando que haya mujeres con voz y que el poder se nombre en femenino”

“Sigue molestando que haya mujeres con voz y que el poder se nombre en femenino”

“Para la cultura, las mujeres y el concepto de dignidad, el siglo XXI es el mejor tiempo de los vividos hasta ahora porque hemos conseguido romper estereotipos y hacer evidente la necesidad de intervención en la sociedad, codirigiéndola. El papel de las mujeres ha sido evidenciar la pluralidad humana y defender la dignidad de las personas frente al reduccionismo machista en su vestimenta patriarcal”. Son declaraciones de la periodista y escritora Pilar del Río, quien hoy ha participado en el Curso de Verano de Olavide en Carmona ‘Ellas crean. Mujeres y arte, mujeres y literatura, mujeres y cine, mujeres y pensamiento’.

A pesar de todos los avances conseguidos, la igualdad sigue sufriendo importantes amenazas. En su opinión, es necesario que se deroguen leyes ya vigentes y consolidadas y lamenta “que haya gente necia que considere que la igualdad y la libertad son modas y no conceptos básicos imprescindibles para la convivencia entre hombres y mujeres y una cuestión esencial para la dignificación de las sociedades”. 

Según asegura la presidenta de la Fundación José Saramago, en nuestra sociedad sigue molestando que haya mujeres con voz, que todas puedan hablar y que se nombre en femenino el poder: “En Portugal, no se me llama presidenta, dicen que no existe el femenino, aunque sí existe para asistenta, o que no es necesario. Y en otras muchas partes del mundo y en ciertos sectores retrógrados o malvados de España, dicen lo mismo”.

Prosigue argumentado que si lo que no se nombra, no existe, “en España no hay diputadas, hay una casa grande en cuya fachada principal pone ‘Congreso de diputados’. No me sirven los argumentos pusilánimes que se emiten para justificar que se cambie ese cruel rótulo: que no se puede poner parlamento nacional o parlamento de España porque generaría problemas políticos, así que lo mejor es omitir a las mujeres… Y así llevamos desde el principio de la democracia. Hay soluciones, somos un Estado plurinacional, ese parlamento representa a distintas comunidades y quienes representan son hombres y mujeres. No pueden excluir a las mujeres por miedo a enfadar a otros sectores. Eso hay que solucionarlo ya”, reclama Pilar del Río.

Es un hecho que las mujeres a lo largo de la historia han sido silenciadas y ocultadas. Y la periodista considera que esto ha ocurrido así porque las mujeres han tenido un poder especial “que da mucho miedo: el poder de observación. Y, con ese poder, se ve cuando el rey va desnudo. Por eso, hemos sido quemadas, también por ver. Porque el poder patriarcal siempre ha sabido que las mujeres veíamos, de ahí que haya sido tan cruel legislando contra ellas”.  

Por otra parte, el hecho de que las mujeres se hayan ocupado tradicionalmente de las labores de la casa y del cuidado de los hijos e hijas ha supuesto “una condena a lo largo de la historia”, en opinión de Pilar del Río. Por ello, considera que ahora es el momento de la demostración de que las mujeres “podemos ser creadoras y cuidadoras, trabajadoras fuera de casa y dentro de casa y hacerlo con imaginación y alegría: eso es lo que tienen que aprender de nosotras nuestros compañeros hombres. Cuando los hombres lo aprendan, el patriarcado habrá sufrido un buen revés, será el principio del fin”.

Sin embargo, aunque se defienda la igualdad entre hombres y mujeres, en el ámbito familiar, se siguen ejerciendo roles machistas “porque el machismo está inoculado en la sangre y no se ha inventado todavía transfusiones eficaces para eliminar lo que la historia, las religiones y el poder machista o patriarcal ha ido introduciendo en los cuerpos de los seres humanos. Pero las enfermedades se curan y esta enfermedad diabólica que es el machismo también tiene antídotos: la participación, el activismo y la alegría de las mujeres forman parte de la sanación”, declara la escritora.

Para concluir, deja sitio para la esperanza: “cada día hay más hombres que se dan cuenta de que el mundo con nosotras y nuevas y compartidas reglas, será mejor que el mundo que heredamos con las reglas que nos hacían seres desiguales e infelices. A las mujeres y también a los hombres con sensibilidad, los mejores hombres”, finaliza.