¿Por qué existe un debate ético con las fotos editadas por IA al estilo de Studio Ghibli?

Imágenes que parecen sacadas de El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001) han inundado las redes sociales más de 20 años después de su estreno cinematográfico; pero ni su director ni los Studio Ghibli, responsables de la película, se encuentran detrás de este "resurgir" estilístico. Más bien todo lo contrario: se trata de Inteligencia Artificial (IA) generativa. Y no es la primera vez que esta tecnología entra en conflicto con los derechos de autor.

El debate ético en torno a los límites de la IA, sus inmensas posibilidades y los desafíos que representa para los sectores firmemente anclados a la creatividad, parece no tener fin. El problema principal está en que, detrás de estas escenas evocadoras de nostalgia, no se encuentra el lápiz de su dibujante original, creador de un estilo único y personal. La "magia" emerge en su lugar de un código al alcance de cualquier usuario de ChatGPT-4o.

La delgada línea entre la inspiración y el plagio

A simple vista, parece un homenaje masivo al cineasta Hayao Miyazaki, pero deja entrever la pregunta que, desde hace un tiempo, sobrevuela los límites de la capacidad tecnológica: ¿qué puede o debe hacer una IA y hasta qué punto? Si el proceso creativo se desvanece por al camino, ¿cuál es el alcance del arte? La realidad es que un ordenador sin datos no aprende, por lo que necesita "nutrirse" de imágenes, en este caso del estudio japonés, para crear "las suyas propias". Por lo tanto, la IA estaría utilizando obras protegidas con el fin de entrenar sus modelos.

Aunque los Studios Ghibli no se han pronunciado al respecto, el veterano director de animación se refirió a este mismo tema hace ya una década. Aquellas palabras, ahora descontextualizadas, vuelven a la palestra para reflejar su opinión de entonces. "Creo firmemente que esto es un insulto a la vida misma", aseguraba en referencia a la posibilidad de crear animaciones mediante el uso de Inteligencia Artificial. "Nunca desearía incorporar esta tecnología a mi trabajo. Estamos perdiendo la fe en nosotros como seres humanos".

La problemática de la IA generativa

Todo comenzó el pasado 25 de marzo, cuando Sam Atman, CEO de OpenAI, anunció una nueva característica de ChatGPT. Hablaba de la generación de imágenes con IA, algo que desde luego no es nuevo, pero los usuarios pronto descubrieron que su propuesta iba más allá. En sus redes sociales compartió una imagen que rápidamente fue comparada con El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro, ambas del mismo estudio.

A partir de ese momento, se crearon trailers de El Señor de los Anillos en versión Studio Ghibli y muchas personas empezaron a transformar sus propias fotografías para adecuarlas a la icónica estética del dibujante. Con el habitual y frenético ritmo de la red, encontrar una imagen que realmente pertenezca a Mizayaki es cada vez más complicado. Tanto es así, que las cuentas oficiales de La Revuelta o La Casa Blanca se han sumado a esta nueva moda.

Además de la problemática con respecto a los derechos de autor, son muchos los que piensan que la IA generativa se está llevando por delante el proceso creativo, banalizando el arte y creando una controversia que, en cualquier caso, favorece a las empresas implicadas.