TV-Comunicación

"Luisma y Paz sufrirán la crisis económica, como todo el mundo, y también de pareja"

  • Desahuciados y sin casa, los tortolitos de 'Aída' se enfrentan en la séptima temporada de la serie, que estos días se está rodando, a momentos difíciles · Telecinco y Globomedia preparan ya este esperado regreso

Aunque lleva más de una década haciendo series de televisión, el personaje de una prostituta de gran corazón en Aída, Paz, es el que la ha conducido directamente a la popularidad. Aunque la actriz Melanie Olivares tampoco ha olvidado el cine ni el teatro. En enero se estrena su próxima película, Bad people, en la que ha trabajado junto a Pablo Puyol y Jorge Bosch a las órdenes de Jordi Mesa. Durante todo este año, además, ha compaginado la serie de Telecinco con la representación teatral de Amigos hasta la muerte, en la que comparte cartel con Jorge Sanz. Está, por tanto, de lo más ocupada.

-Al final de la temporada anterior Luisma (Paco León) y Paz eran desahuciados de su casa por no pagar. ¿Hará mella la crisis económica en esta pareja, ahora que por fin se han juntado?

-Ufff, son tiempos de crisis y, en estos tiempos, las cosas son así. Bueno, Mauricio les intentará comprar la casa, pero no sé... Luisma y Paz son dos personas muy diferentes, así que compenetrarse como pareja consolidada será difícil. Aunque la tensión sexual ayuda (risas), nos va muy bien, ja, ja. Pero, como todo el mundo, sufriremos las consecuencias de esta crisis económica. Y también tendremos que enfrentarnos a nuestra primera crisis de pareja.

-En estos años en que ha interpretado a Paz, varias asociaciones le han agradecido la dignificación de este colectivo que se hace con el personaje. ¿Para usted ha sido un orgullo, o también ha sido difícil?

-Difícil, desde luego que no. Más bien una satisfacción enorme. Es un personaje muy agradable, con la que me llevo estupendamente. Pero, desde el principio. Porque la verdad es que llevamos 'juntas' cinco años y podría haberme acostumbrado... pero lo cierto es que siempre ha sido así. Ella es todo bondad y generosidad. Es preciosa, más bonita que yo.

-¿Cree que la gente la quiere por lo buena que es o también influyen positivamente los escotazos que suele lucir?

-(Risas). Hombre, una teta enseñada a tiempo también gusta, va muy bien. Ja, ja, ja. Pero es que es un personaje tan cercano... Cuando voy por la calle noto lo mucho que la gente quiere a Paz. Se meten mucho en su piel y sufren las cosas con ella. Ella es tierna y dulce, y eso llega al espectador.

-¿Cree que éste es el motivo del éxito de 'Aída', que tiene audiencia hasta en las reposiciones de capítulos? ¿La cercanía es la clave?

-Bueno, yo creo que la gente estaba harta de ver a la típica familia feliz y con Aída han descubierto otro tipo de familia, más real. Los personajes son todos unos perdedores llevados al límite. Eso hace mucha gracia y los espectadores se identifican más. Son gente de barrio, de clase humilde y trabajadora. Como la mayoría.

-Sin embargo, usted se ha pasado al personaje de 'mala' de la película en su último trabajo, ¿no?, ¿estaba harta de ser tan buena?

-Sí, como actriz me apetecía un cambio de registro, no hacer comedia. Y he hecho una película de miedo en la que yo soy la mala, es un personaje muy diferente a Paz. Es una mujer de campo de 45 años (me han tenido que envejecer para hacerlo), gorda, fuerte y muy retorcida. La rodamos en Doña Mencía (Córdoba).

-¿Seguirá compaginando la televisión con el teatro?

-Mientras me ofrezcan proyectos que me gusten, sí. Pero también quiero tener tiempo para la familia, que ahora es mi prioridad. Y no quiero dejar la serie.

-Pero 'Aída' sin Aída no puede durar ya mucho más...

-Nosotros hemos firmado hasta mayo. Y la serie incluye a muchos personajes interesantes más. De ahí que la pasada temporada mantuviéramos los buenos resultados de audiencia. Hay muchas incógnitas todavía sobre qué será de Luisma, Mauricio, Chema, Soraya, Lorena... y la propia Paz.

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