Rocío Ruano, de niña a mujer en el 'X Factor'

Lauren Postigo, como hizo con Isabel Pantoja en Cantares, le deseó suerte y le auguró lo mejor mientras se encomendaba a la Virgen almonteña. La diferencia es que Rocío apenas tenía dos años entonces y no se enteraba del todo lo que decía aquel señor de pelucón rubio o aquella otra sonriente mujer de gafas negras, Martirio. La bebé canaria, que aún llevaba dodotis, estaba pendiente de su padre en la grada, el que le iba recordando la letra de Pienso tanto en ti de Greta y los Garbo. Rocío, Rocío Ruano, ya pisaba fuerte en el plató aunque no pasaba de un palmo del parqué. Era un niña que marcó a los espectadores de Menudas estrellas, versión baby de Lluvia de estrellas, en 1995, el programa de imitaciones de Antena 3. Los concursantes infantiles sólo tenían que hacer playback. Sí, ahora suena muy cutre, pero el concurso producido por Gestmusic causaba sensación entonces.

Rocío pasó a la final de Menudas estrellas y en otras actuaciones, cuando iba pegando el estirón, ya ofreció su voz. Una voz con posibilidades en un cuerpecito que se movía bien. Los talents ya comenzaron a exigir algo más a los aspirantes y a la chica canaria le pilló la tendencia preparándose a fondo.

Al pasar de niña a mujer Rocío Ruano ha hecho las maletas, como tantos otros jóvenes españoles, para cumplir su sueño y se ha ido al máximo exponente del talent show musical, X Factor, en la cadena ITV británica, de donde hace dos años surgió el grupo de moda, One Direction. Miles de jóvenes de toda Europa quieren ahora seguir las huellas de estos adolescentes británicos y comenzar el camino al éxito desde el plató de este concurso. En España la cadena Cuatro anterior a la fusión adquirió el formato, pero Factor X (la "x" es por "extra"), pasó más bien desapercibido.

Rocío acaba de cumplir 20 años y se ha preparado los últimos meses en Londres para dar este salto a la audiencia británica, siguiendo los pasos de nuestra paisana Ruth Lorenzo que ya hizo un excelente papel en el competido show. Llegó con el dinero justo hace unos meses y a la espera de una oportunidad, mientras, ha trabajado en una tienda de ropa.

Además de las cualidades vocales, la joven española ha demostrado su elasticidad, la evidente virtud que ha valorado más el jurado. Sharon Osbourne es la que todavía no le ha dado su visto bueno en las dos primeras audiciones de criba. Gary Barlow, de Take That, confía en la canaria, que optó por un número de Beyoncé, Single Ladies, para el examen definitivo. Ahora toca jugársela en el plató.

Presentada con clarines taurinos, abusando del tópico cañí ante la audiencia, la concursante española deberá contar con el factor de un bajón de popularidad de todo lo que es España por allá, debido al conflicto gibraltareño. No lo va a tener precisamente fácil si depende de la decisión del público telefónico.

X Factor afronta su novena temporada, todo un clásico para los espectadores del Reino Unido, y se ha convertido en una cantera de rostros populares, de intérpretes dirigidos a los jóvenes. A ese sueño aspira ahora Rocío Ruano que ha preferido probar suerte fuera de España para no unir su imagen a sus números infantiles.