TV-Comunicación

Sheldon, de libro

  • 'Big Bang' vería su fin el próximo año, aunque la CBS no está dispuesta a renunciar al personaje de Jim Parsons, protagonista de varios libros sobre su personalidad

Con 11 años ingresó en la universidad y con 16 ya lucía su primer doctorado en Física. Su paralelepído pensamiento, pleno de soberbia inconsciente debido a su cociente intelectual de 187, podría resumirse en esta frase: "claro que no soy Newton. Yo habría descubierto la gravedad aun sin la manzana". Big Bang, que en otoño iniciará su décima y posiblemenbte última temporada, es mucho más que Sheldon, pero sin el investigador texano Big Bang no estaría en las prefeerencias populares, una serie que gusta a los no seriéfilos.

La editorial Timun Mas ha publicado Big Bang Theory, 1.600 preguntas sobre tu serie favorita, un auténtico máster para el lector curioso de esta comedia que ha creado uno de los guionistas, Adam Faberman. El libro es un interrogatorio divertido sobre frases, situaciones y detalles de las primeras ocho temporadas de esta ficción de la CBS, en Neox y TNT en España, que arrancó en la fructífera temporada de 2007-08. Tras la novena, la de estos meses, sumando ya 207 episodios, restaría una tanda más de 26 para cerrar las historias de Penny y los científicos de Pasadena. Aunque se clausure el apartamento, con el mullido rincón, el prodigio de la Física podría contar con una secuela en solitario.

El elenco de Big Bang es desde hace dos años el mejor pagado de toda la televisión (y de todo el entretenimiento mundial, inclusive deportistas), con 1 millón de dólares por episodio para Cuoco-Penny, Galecki-Leonard y Parsons-Sheldon. Hasta que encarnó este personaje el actor (Houston, 1973), también texano como su personaje, deambulaba por teatros, series y anuncios buscando una gran oportunidad que parecía improbable. Cuando apareció por el casting para Big Bang fue llamado en dos ocasiones: el productor ejecutivo Chuck Lorre se negaba a la evidencia de haber encontrado un intérprete que mejoraba al Sheldon que los guionistas habían imaginado. Tenían que verle de nuevo para comprobar hasta dónde era capaz de llegar el compañero de piso del prudente Leonard.

De soberbia incontenible, incapaz de generar empatía, hiperracional, vanidoso, maniático e hipocondríaco, tan redondo personaje fue evolucionando junto al propio actor. Los guionistas rechazan que estos rasgos diagnostiquen un agudo síndrome de Asperger, prefieren zanjar con que Sheldon es así de insoportable, así de entrañable.

El forofo de Spock y de Flash y declarado enemigo de la investigadora Leslie Winkle, del doctor Barry Kripke y del discreto actor Will Wheaton tiene cuerda para seguir andando de la mano de su amada Amy (Mayim Bialik) más allá de 2017. Pero más allá de Sheldon el actor Parsons tiene difícil despojarse de todas las identificaciones y tics de un personaje tan abrasador.

En una nueva temporada Big Bang se enfrenta a desplegar nuevas tramas y generar sorpresas a sus seguidores que compensen la languidez de las tres últimas tandas, donde las relaciones de parejas no han sido suficiente para regenerar el músculo. Algunos fans piden que aparezcan por fin Mee-maw, la yaya texana que podría animar la recta final.

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