Las telefonistas de Las chicas del cable regresan con nuevas entregas a Netflix, en la primera parte de una quinta y última temporada en la que la Guerra Civil va a causar estragos en la historia. La producción de Bambú, con Teresa Fernández-Valdés de productora ejecutiva, adelanta que es remate “atrevido”. Desde este viernes se suman cinco episodios y antes de finalizar el año, el desenlace.
Blanca Suárez, Nadia de Santiago y Ana Fernández afrontan una recta final que será trágica. “Este es un punto y aparte de la serie. Las chicas se convierten en mujeres y ahora ya no hay duda sobre quién es cada. Se han hecho dueñas de lo que quieren y lo que buscan y esto lo hacemos a lo bestia”, detalla Fernández-Valdés, sobre una temporada “más ambiciosa que las anteriores”, con más localizaciones y con conflictos más dramáticos al tener contexto la guerra. Desde la dirección de la serie se promete “un final de verdad, a lo grande”.
La primera serie española de producción propia de Netflix regresa siete años después de lo ocurrido en la cuarta temporada. Las protagonistas están desperdigadas por el mundo, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, y tratando de rehacer sus vidas. Ahora deben reencontrarse en Madrid, envuelta en la contienda civil y que pondrá al limite a todos.
“Lidia ya se veía que ella tomaba decisiones al final de la cuarta temporada y decidía marcharse con Francisco”, recuerda Blanca Suárez. El personaje ahora debe dejar de ser tan egoísta.
Nadia de Santiago, que es Marga, detalla que su personaje evoluciona “muchísimo”. “De llegar del pueblo, las chicas le dieron confianza. Ahora pega un salto s con muchísima valentía, coraje y dignidad”, adelanta. Carlota, interpretada por Ana Fernández, y Óscar, al que da vida Ana Polvorosa, tendrán más idas y venidas.
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