Entrevista

¿Habrías confundido a Ana Milán con esta presentadora como le pasó a su chófer?

Ana Milán ríe ante la visita de Joaquín al monumento donde rodaba en Sevilla

Ana Milán ríe ante la visita de Joaquín al monumento donde rodaba en Sevilla / Atresmedia

Ana Milán es la invitada de este miércoles de Joaquín Sánchez en Joaquín el novato, en Antena 3. El futbolista quiere ser actor en la entrega de hoy y la intérprete alicantina se lo va a poner difícil, tras ablandarse ambos en una sentida conversación en un plató monumento sevillano.

La polifacética intérprete, también presentadora en espacios como Caiga quien caiga, se hizo popular con Yo soy Bea y Camera Café, hace quince años, su momento en que fue descubierta por el gran público. En la charla de hoy con Joaquín relatará cómo llegó al mundo de la interpretación y de sus experiencias tanto en lo profesional como en lo personal.

Ana es una experta en saber contar sus anécdotas y va a recordar cuando fue confundida con otro rostro de la televisión y no supo desvelar a su admirador que se había equivocado de persona.

Cuando era llevada a un festival el conductor de su vehículo le jaleaba. Debía llegar con el ánimo en alta para  dirigir la gala. El chófer se deshacía en halagos, era una de sus presentadoras favoritas... Bla, bla, bla. Y en ese momento Ana Milán, que se encontraba radiante ante el entusiasta seguidor, oye el nombre de quien creía él con quien estaba hablando.

"Yo soy su mayor admirador, Silvia Jato".

La presentadora Silvia Jato La presentadora Silvia Jato

La presentadora Silvia Jato

Ana Milán en el FesTVal de Vitoria Ana Milán en el FesTVal de Vitoria

Ana Milán en el FesTVal de Vitoria

La presentadora gallega en esos años también estaba en su momento de mayor popularidad tras haber sido la primera presentadora de Pasapalabra y era conductora de espacios nocturnos y en la tarde.

La pasajera no sabía cómo salir del apuro. Con su mejor sonrisa Ana Milán mantuvo la conversación hasta el final. Sí, ella ya no era Ana Milán, sino Silvia Jato, no iba a defraudar al feliz chófer.

Cuando fue a firmar el autógrafo que le pidió no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia: "Con todo el afecto... Silvia Jato".

"¿Cómo iba a defraudar a ese chico?", inquiere Ana Milán. Joaquín ríe a carcajadas con la anécdota.

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