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Cuatro empieza desde hoy a salvar empresas de la ruina

Beatriz de la Iglesia es la 'coach' de 'Negocios al límite', espacio de buenos hábitos financieros

Beatriz de la Iglesia, encargada de levantar los 'Negocios al límite'.
Redacción

19 de enero 2014 - 05:00

En Pesadilla en la cocina el chef Alberto Chicote ha puesto firme a más de un colega remolón. Hoy es el turno para la empresas en general. Cuatro estrena esta noche los Negocios al límite analizados por la asesora empresarial Beatriz de la Iglesia. La Supernanny de las finanzas afronta el reto de sacar de la ruina a los negocios "con alma" que naufragan en tiempo de emprendedores. La dejadez, la falta de asesoramiento, la falta de ideas, tendrán que ser enmendadas por De la Iglesia.

Esos negocios "con alma" a los que se refiere el espacio de Cuatro son aquellos en los que están implicados "los sentimientos", en los que a la pérdida económica se suman los esfuerzos de toda una vida o una saga familiar. Para la asesora también este nuevo programa ha sido una "experiencia límite", para enfrentarse a los desaguisados de pequeñas empresas, de entre 3 y 6 empleados, que merecen la suprevivencia. "L normal es que el propietario le pueda el orgullo y se ponga un poco bravo cuando sacas los fallos", adelanta Beatriz. Ella no quiere compararse ni con Chicote ni con Pedro García Aguado, el de Hermano Mayor. "Tengo mi propio estilo, cada uno trabaja desde su experiencia y su profesionalidad, y en mi caso me convierto en una más, me implico y me remango para trabajar codo con codo".

Negocios al límite ha pasado por ahora por Valencia, Cataluña y Madrid, y en todos ellos se ha detectado un error de base: "No se escucha al cliente, nadie se ha parado a eso a pesar de que es el cliente quien tiene que hacer que el negocio tire".

Beatriz de la Iglesia abunda la falta de liderazgo ante los trabajadores, el desconocimiento de la competencia y la indisciplina, además del descontrol de las cuentas, con negocios "donde todo el mundo mete mano en la caja". "Todos los negocios que he trabajado, hubiese crisis o no, estaban destinados a cerrar, pero en época de bonanza los errores se maquillan", advierte la asesora, que dará así ejemplo. Esta noche es el turno de una peluquería.

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