Nostalgia, los 'hits' amortizados de Parchís, Nins, Regaliz o Enrique y Ana
De los niños prodigio del cine, Torrrebruno y Los payasos de la tele hasta las figuras de "Eurojunior", recorremos lo que fue conocido como canción infantil
Fallece la cantante del grupo infantil que marcó la infancia de los años 80
Parchís: "Cuando lo más brutal te pasa con 14 años"
La llamada "canción infantil" fue la banda sonora en vinilo crujiente que recreaba las sintonías de las series de dibujos animados en la tele y que ya entrados los 90 fue desapareciendo con el cd. El internet, lo social y lo viral, acompañó prácticamente a la desaparición de nuevas canciones ideadas para los niños, salvo excepciones como los Cantajuegos. Los temas coreados en los 70, en especial con los payasos de la tele, y alguna brizna ochentera como el Cumpleaños feliz de Parchís perviven con nostalgia a día de hoy. De no ser por Eurovisión Junior no tendríamos ya en España un desarrollo de la producción musical infantil y aunque haya muchos talents, la principal factoría es La Voz Kids... con niños cantando temas de adultos.
Los entonces llamados niños prodigio llenaro el cine español que empezaba a colorearse: Marisol, Rocío Dúrcal y Joselito, destacada trinida del solfeo barítono al que podríamos sumar Pili y Mili o Ana Belén. Fueron las primeras estrellas infantiles españolas que actuaban y cantaban la mar de bien. Eran ídolos absolutos..
Los temas infantiles encontraron su acomodo definitivo en el despegue de la televisión infantil a partir de finales de los 60 y con la radiofórmula que incluía también a los grupos dirigidos a los niños, que hubo bastante para ser el sonajero de la generación baby boom entre los 70 y 90.
Estribillos pegajosos, letras sencillas y acordes alegres que prácticamente inauguran a mediados de los 60 Los Chiripitifláuticos de Antena infantil, con el "Había una vez un barquito chiquitito" de Locomotoro. La cancelación de Los Chiripitifláuticos de Óscar Banegas en 1975 coincide con el empujón de los Aragón y los payasos de El circo de TVE que desde 1973 trajeron desde América, tras treinta años de trayectoria, Hola, don Pepito, Susanita, El auto de papá o La gallina turuleca. Ninguna de estas canciones eran de los Aragón pero son patrimonio de la humanidad. Miliki sí compuso el Había una vez un circo o el Feliz, feliz en tu día. Él y sus hermanos, con el malogrado Fofó por delante, entregaron un botín de canciones familiares.
Ellos aparecian los sábados por la tarde en TVE y los sábados por la mañana, Torrebruno. El recortado canzonetista italiano que en los 60 había triunfado con baladas y que como anfitrión infantil en La guagua o El recreo sacó una ristra de canciones infantiles como Yo quiero hacer pipí, papá o los Tigres y Leones que competían en Sabadabadá. Con Rocky Carambola incluso tuvo su película taquillera.
El primer grupo infantil de éxito fue La Pandilla, a principios de los 70, con temas como Capitán de madera. El grupo de la familia Aguirre intervino en la película En un mundo nuevo, a recuelo del gran éxito eurovisivo de Karina de 1971. En el equipo de producción de La Pandilla estaba un puertorriqueño, Edgardo Díaz, que desarrolló el gran fenómeno infantil al otro lado del charco, el grupo Menudo, la primera boy band latina. Y de ahí surgió un tal Ricky Martin, rival de Luis Miguel, que ya como mocoso seducía a las fans a principios de los 80 hasta ser el coloso de décadas posteriores.
Ya entrados los 70, con una canción comercial muy madura, germinó la producción de grupo infantiles. Y de todos ellos, como calculado producto de discográfica (la truncada Belter) el principal fue Parchís. Nació de sopetón en 1979 y devoraron tantos discos como giras, películas y seis años que carbonizaron la menuda pandilla formada por Tino (ficha roja), Yolanda (ficha amarilla), Gemma (ficha verde), David (el dado) y Frank (ficha azul).
Fueron un fenómeno en España y en América, ganando mucho dinero que las familias apenas vieron. Fueron, efectivamente, juguetes rotos como tantas flores infantiles musicales de un día o de un par de años. Tino, que ya estaba crecidito, quiso seguir la estela de Bosé y otros solistas que derretian a los adolescentes, pero su carrera fue aún más breve que la de sus ex compañeros. Parchís, con distintos componentes, fue agonizando en el tablero musical hasta 1992.
Entre los solistas prodigio y el primer grupo estelar hay un curioso fenómeno que rompía por entonces esquemas de edadismo: el dúo Enrique y Ana (que actuó entre 1977 y 1983). La pareja la formaban Ana Anguita Shivers (que debutó con 8 años) y Enrique del Pozo (que por entonces tenía 20 años). El cantante en principio era Enrique, como se presentó en el Esta noche... fiesta de José María Íñigo. Pero en su debut se comía el escenario una chica furtiva que aparecía con él en Esto es amor (en el vídeo, el momento de esa irrupción de Ana):
Y el público pidió asi que la niña acompañara al cantante. El tema más recordado de la pareja era el que consagró la voz infantil de Ana Anguita: La gallina Co-co-uá. Enrique y Ana tuvieron su película de aventuras, lanzaron juguetes con sus canciones como el disco chino o el hula hopp, rescataron viejuneces como La Yenka y sobre todo hicieron llorar a toda España cantando el himno fúnebre Amigo Félix. Apurando el éxito en el cine de E.T. la pareja se dijo adiós en el Un, dos, tres y se juraron no volver a soportarse. Ana no volvió a pisar un estudio de música en la vida.
A su recuelo surgieron otros dúos, como dos leoneses, Tito y Tita, que cantaron a El Osito Misha, la mascota de Moscú 1980 cuya serie fue eliminada por las bravas en TVE para seguir el boicot estadounidense contra la URSS. Pese al inconveniente, el dúo siguió más bien con la poca fortuna de su mascota.
Por entonces ya estaban ahí Botones (vigentes entre 1979 y 1982), versión menuda de los Pecos y o evolución naif de Los Golfos (¿Qué pasa contigo, tío?). Eran loshermanos José Andrés y Juan Pedro Aparicio que se dieron a conocer con la banda sonora de la serie de animación Don Quijote, compuesta por Juan Pardo, que para los espectadores de entonces de TVE, en 1979, era como estar asistiendo a un éxito nacional de Walt Disney. Siguieron sacando partido a las bandas sonoras con Xanadú o Ulises 31 hasta hacerse grandes y dedicarse a otra cosa.
Como la versión dulce de Parchís apareció Nins (1978-1982), que, por lo visto estuvo a punto de participar Eurovisión en 1980 tras el éxito de Betty Missiego con Su canción a quien acompañaron otra formación infantil, Caramelos, que interpretaron la sintonía de la serie Érase una vez... el hombre.
Nins parecían los rivales de Parchís y mientras los de las fichas cantaban al Comando G (La batalla de los planetas), el grupo más naif optaba por Naranjito antes del fracaso deportivo de España en el Mundial 82.
Ya por entonces vivía su momento de más populariad el grupo surgido como extensión de Parchis, Regaliz (1980-1983), otro producto de la discográfica Belter que ahora ha estado de actualidad por la muerte de una de sus cantante, Astrid Fenollar. Regaliz lo formaban Jaime, Eduardo, Eva y Astrid. En su caso aprovecharon la sintonía de las series animadas de Guillermo el travieso y Spiderman, además de versionar temas de Village People, como hacían sus compadres de Parchís. Sus películas fueron La rebelión de los pájaros y sobre todo un éxito familiar de Antonio Mercero tras Verano Azul, Buenas noches señor monstruo. Al quebrar en 1983 la discográfica Belter con la bancarrota se paralizaron Parchís y Regaliz, dejando el sector muy tocado.
Precisamente a raíz de Verano Azul se extendieron como efímeros éxitos musicales sus intérpretes. Antonio Ferrandis, con tanta trayectoria como tenía, incluyendo un Óscar, se vio aferrado a su Chanquete; Pancho y Javi tuvieron una breve etapa como dúo cuando Pecos tampoco podía superar su crisis de la mili y Tito y Piraña se convirtieron en los Gorilas de la sevillana Macarena Camacho, Chispita, con película y todo para el Comer, comer o La vuelta al mundo en góndola.
Como dúo amilbarado surgieron Antonio y Carmen (Morales), los hijos de Rocío Dúrcal y Junior, que especialmente en 1982 destacaron con su Sopa de amor en 1982.
Por entonces, desde Sanlúcar de Barrameda uno de los miembros de Los H.H., Charly se acompañaba de sus sobrinos los Colorines. En TVE Andalucía, Telesur, le dieron toda la cancha posible con sus canciones de los números (Enrique y Ana ya le habían dado a La tabla de multiplicar con rimas de Gloria Fuertes) o con el tema La tonta de prima, título que hoy no pasaría el filtro de lo políticamente correcto.
En 1983 otra serie animada de la BRB, Dartacán, le puso voz el dúo Popitos, Francisco y Esther, presentados entonces como compañeros de colegio. Esther Fernández terminaría siendo en 2004 azafata del fiasco de Un, dos, tres... a leer esta vez.
En este empacho de canciones también hay que incluir un grupo aragonés nacido en 1978 y que aparecía en los primeros Sabadabadá, Arco Iris, y cuya trayectoria de temas didácticos, cambiando componentes, se extendió hasta los años 90, Arco Iris. Sus canciones son tarareadas por varias generaciones de aragones. En Sabadadabá, por cierto, apareció como cantautora una chica que se llamaba Marta. Marta Sánchez. Un lustro antes de que con su turgente figura apareciera como solista de Olé Olé, en 1985, relevando a Vicky Larraz.ç
La música infantil prosiguió en la radio sin entrar en las radiofórmulas y apareciendo en programas infantiles como Monano y su banda, los Trilocos, relevo noventero de Los payasos de tele hasta alcanzar a los Bom Bom Chip (1992-1995), evolución disco de los temas infantiles que alcanzaría ya en este siglo a los 3+2 o a María Isabel, surgidos todos ellos de la selección de candidatos de Eurovisión Junior, llamado por entonces Eurojunior. De aquella primera etapa entre 2003 y 2006 España tuvo dos segundos puestos, el sanluqueño Sergio García, con Desde el cielo (antes de integrarse en 3+2), y el cordobés Antonio José (sí, Antonio José, un decenio antes de ganar La Voz y ser quien es), con Yo te traigo flores, y el primer premio en 2004 con María Isabel y Antes muerta que sencilla.
En 2006 fuimos cuartos con Dani Fernández y Te doy mi voz. En 2019 regresamos con la ganadora de La voz Kids Melani, tercera con Marte y que ha demostrado en el último Tu cara me suena todo el potencial y futuro que tiene por delante.
Ya la música infantil no es lo que fue pero el fenómeno de los juguetes rotos, tan unido a este tipo de grupos, parece más controlado, atendiendo al desarrollo de sus jóvenes intérpretes y a la salud mental. El fallecimiento a los 54 años de Astrid Fenollar ha puesto más presente qué fue de aquella música y sus compontes. Canciones que muchas de ellas sigues cantando, o que tienes guardadas en la memoria, da igual la edad que tengas.
También te puede interesar