El momento en que Pablo Motos quiso dejar 'El Hormiguero'
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El presentador de 'El Hormiguero' puso a prueba a Joaquín para la prueba de ciencia en 'El novato', anoche en Antena 3
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¿Cuál sería el secreto para que en El Hormiguero mantengan el listón, todo el equipo, temporada tras temporada? Pablo Motos reveló anoche en Joaquín el novato, acompañado de Marron y de Juan y Damián (Trancas y Barrancas) que tienen institucionalizado el lunes de las pizzas. Cada arranque de semana, el día que no apetece ponerse a trabajar, se reúnen en una pizzería (la misma desde hace veinte años) donde apagan todos los resquemores que puedan existir y se dicen a la cara pareceres para que no haya malos rollos enquistados. Es uno de los secretos del mecanismo de El Hormiguero, como la vocación, obsesiva e infatigable, de su conductor.
Motos era el invitado de este miércoles de Joaquín el novato, en Antena 3. El del Betis quería ponerse a prueba como presentador en el plató y lo intentó en la prueba de ciencia de El Hormiguero. Imposible memorizar tantos términos. El valenciano, que lleva ya a cuestas 36 años de profesión, le recomendó al de El Puerto que siga siendo él, que no improvise, que cuide los contenidos con preparación, que escuche a los invitados y llevarlos, con sutilidad, al tercio deseado. Es decir, cuál es el camino para llevar a un astronauta a que detalle cómo planta un pino en el espacio.
"El éxito te va a cambiar", advirtió Motos, por los efectos secundarios como la envidia ajena o el exceso de atención a cualquier gesto, cualquier palabra. El televisivo le recordó también al novato que lo que ha ganado en el fútbol no lo volverá a ver en los medios (Joaquín dijo que sus cifras no son equiparables a las que se manejan en los grandes fichajes). "No vas a ganar tanto dinero a no ser que te dediques al narcotráfico".
En la conversación grabada encima de uno de los cerros del parque de Las Siete Tetas de Vallecas, Motos evocó sus inicios en El Hormiguero. El equipo procedía de la radio matinal, en M-80, donde el título del programa, No somos nadie, era una protesta por la decisión del presidente José María Aznar de sumarse a la guerra en Iraq sin escuchar a la gente. De ahí, a sentirse hormigas, insignificantes, pero con opinión. Cuando se convirtió en programa para la televisión, en Cuatro, ya lo tenían claro: El Hormiguero. El comité de dirección les dio el visto bueno al originario formato de los fines de semana cuando, tras tanta explicación sin encontrar respuesta, entendieron que era "un programa de autor".
Joaquín fue a divertirse con Motos y lo consiguió riendo en todo momento en las entrevistas, a solas y con sus amigos de confianza, y hasta arrancó confesiones como el peor momento vivido por el presentador y productor. En la octava temporada, en 2013, Pablo Motos entró en bajón, podía haber abandonado el proyecto a final de temporada y le salvó el equipo, día a día. Y ha acudido al plató los días en los que murió tanto su madre (de quien se siente el mayor parecido, por su alegría) como su padre. Sólo ha faltado por el covid, cuando le relevó Nuria Roca. Se lo pasa bien en el plató aunque cuando vuelve a casa siempre se enfada porque lo podía haber hecho mejor. Vive por su trabajo, por su programa. Joaquín, toma nota.
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