"En los niños hay algo impagable: la falta de prejuicios"
Entrevista a Javier Fesser
Movistar + ofrece en abierto el corto 'El monstruo invisible', iniciativa escolar de Acción contra el Hambre, dirigido por Javier y Guillermo Fesser
Aún recibe felicitaciones por Campeones y se alegra que en los Goya la academia y el público coincidieran para otorgarle el galardón. Javier Fesser ha estado junto a su hermano Guillermo (Gomaespuma) en Filipinas para elaborar el corto El monstruo invisible. Una iniciativa de Acción contra el Hambre destinada a visionarse en los colegios y que ofrece en abierto Movistar +. Es la historia de un niño filipino, Aminodín, que vive en un vertedero con su familia y pese a la miseria que les rodea aún tienen ánimos de ayudar a sus primos, en un campo de refugiados. Todo ello con la pátina de tierna ironía de los Fesser.
–¿El confinamiento ha venido a truncar algo este proyecto, sin los niños en las aulas?
–No se ha truncado nada.El monstruo invisible se ha proyectado en colegios y quedarán muchos cursos para verla de nuevo. Ahora se ofrece en Movistar + pero la retomarán los profesores. Es una película que no caduca y que podrá verse años después porque es cine para educar.
–Pero ahora resulta que este monstruo podríamos tenerlo cerca.
–Nos pilla en un escenario nuevo y debemos generar peguntas y debates sobre nuestro futuro. Los profesores pueden poner a debate entre los niños los condicionantes y la realidad del hambre. En Mindanao confluye además un conflicto bélico y lo que conlleva en las relaciones familiares, el sentimiento de comunidad. Hablamos de niños que tienen ilusiones y necesitan una oportunidad.
–Los niños nos están dando lecciones. Allí y aquí.
–Nosotros llevamos encerrados mes y medio pero allí llevan confinados desde hace generaciones.
–¿Lo peor del hambre?
–De lo más injusto, la desnutrición cognitiva que sufren los niños. Ven mermada la capacidad intelectual. Nosotros queremos regresar a la vida normal pero tendríamos que mirar más hacia afuera. Con estos enemigos nos necesitamos muchísimo los unos a los otros. Este corto ha sido de mis proyectos más vitales y personales.
–¿Deberíamos viajar con otros ojos?
–Gracias a mi trabajo puedo hacerlo. Como turista no se puede conocer la realidad. Y esta película es la voz de quienes aparecen.
–Una película que hace sospechar millones de historias trágicas.
–Siempre hay un peliculón detrás de cada persona. Aquí estamos ante un niño de 11 años que come, duerme, vive en un vertedero. Es la historia del hambre crónica, que va de generación en generación y que te impide salir.
–¿Qué podemos hacer nosotros, aquí?
–Actuar. Hay que actuar contra el hambre. Pero no por caridad y buen rollo. Es una razón de justicia, de igualad. Vivir o no vivir en un entorno de hambre es sólo cuestión de suerte. Hay que tener compromiso real, reaccionar para que no siga ocurriendo y que el hambre que sea anecdótico. Cada uno puede tener su iniciativa.
–¿En qué deberíamos invertir?
–En educar a los pequeños. Eso es una inversión segura, de futuro, y hacerles ver lo que pueden hacer, con espíritu optimista. A los niños hay que escucharlos más. Cada vez soy más consciente de las voz de los niños y de los ancianos. Me admira cómo en África se escucha a los ancianos y aquí los tenemos a un margen. En los niños hay algo impagable: la falta de prejuicios. No tienen tienen intereses y se mueven más por el corazón que por la cabeza, como los Campeones. Miguel Brieva en Enciclopedia Universal Clismón: Bienvenidos al mundo hace la definición de adulto: es el residuo que queda tras el desvanecimiento del niño.
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