La ocurrencia de sustituir 'La Revuelta' con dos colegas de Pablo Motos

De nuevo estamos ante otro ejemplo de tener una ocurrencia en lugar de una idea. Tras meses de briega con La Revuelta, con sus virtudes y defectos, imposición presidencial que había que sacar adelante para trastabillar a Pablo Motos (aunque el efecto fue al contrario), se había pensado como sustitución veraniega a un formato simplón, cutre, mal trazado. Entendemos que la presencia de Vaquero y Clavero era por haber sido antiguos componentes de El Hormiguero. Alguien pensó que el doble fichaje era buena idea para atraer espectadores del formato de Antena 3. El resultado no ha podido ser más espantoso.

La Garita, el refrito que ha durado literalmente dos noches en La 1, traía a dos cómicos de la casa de Motos, de la factoría incansable de los monólogos, confiando en ellos por su presencia y sin apenas guion. Porque el mayor problema de este formato de La Garita es que no ha podido, o querido, trabajarse en el contenido narrativo. Se ha dejado todo en manos del gracejo, la vis cómica, la inspiración de sus dos conductores. Sin guiones ellos no son nada. Como la mayoría de los programas enfocados en el humor.

También era una simple ocurrencia poner a dos tipos a bromear sobre el archivo de TVE con vídeos ya trillados. Un archivo tan grande para que siempre rulen los mismos fragmentos. Y con comentarios manidos, cuando incluso los ‘rotuladores’ de Cachitos tienen que hacer proezas para no repetirse. Tanta Revuelta para al final acabar en una Garita maltrecha, firmada por Mediapro. Qué mal momento para TVE.