La implacable invasión extraterrestre regresa, aunque en principio sólo durante cuatro noches. La nueva versión de V aterriza en Estados Unidos durante sólo un mes y proseguirá su emisión en la cadena norteamericana ABC a partir de marzo, tras el parón de la Navidad y los Juegos Olímpicos de Invierno. El resultado de la productora Warner Bros no había agradado a los directivos de la ABC y durante más de un mes, en verano, el rodaje del remake de V estuvo paralizado. Los lagartos del siglo XXI, con los nuevos recursos de efectos especiales, han tenindo que retocarse para no defraudar a una audiencia internacional que aguarda el estreno de mañana martes.

En este nuevo V la mala no se llama Diana, sino Anna, que interpreta una bella actriz brasileña, Morena Baccarin, que tiene un aire a lo Halle Berry. Los buenos están encabezados por Elizabeth Mitchell, como Erica Evans; Morris Chestnut como Ryan Nichols; y Joel Gretsch, el padre Jack Landry, un reverendo en toda esta vorágine de alienígenas que vienen a servirse de la Humanidad como materia prima y a llevarse todos los recursos hídricos del planeta. Mitchell es conocida por el público español por su papel en Perdidos, como la doctora Juliet. Gretsch, el religioso, participó en Los 4400.

La factura de esta serie de misterio está muy presente en la nueva V, ya que detrás se encuentra el mismo productor ejecutivo, Scott Peters, junto a otros gurús de la nueva ficción televisiva para el gran público.

En la nueva V los alienígenas no aparecen de improviso, sino que llevan varios años infiltrándose en las esferas de las decisiones mundiales, ocupando progresivamente algunos de los cargos más importantes. En principio los extraterrestres ofrecen como señuelo la cura de enfermedades como el cáncer pero, tras unos iniciales gestos de buena voluntad, Anna y compañía evocarán pronto a sus antepasados de los años 80.