Un tarzán con chancletas atraviesa de nuevo la selva

Frank de la Jungla. Aventurero

El herpetólogo regresa a Cuatro con 'Natural Frank' para mostrar sus propios vídeos sobre la fauna salvaje.

Un tarzán con chancletas atraviesa de nuevo la selva
Un tarzán con chancletas atraviesa de nuevo la selva
Isabel Brea

27 de septiembre 2013 - 05:00

Podría haberse codeado con los grandes tenistas españoles de hace unas décadas, pero un accidente de moto truncó su carrera deportiva y lo alejó de las pistas. Lejos de achancarse, hizo la mochila y siguió apostando por el tenis, aunque esta vez como monitor. Primero se fue a Florida, donde formó parte de la escuela de Nick Bollettieri, una academia que expandió hasta Tailandia, donde fijó su residencia y empezó una nueva vida. Los animales y, sobre todo los reptiles, su gran pasión, tuvieron en esta nueva etapa un lugar privilegiado. Allí fue precisamente donde Frank Cuesta se cruzó en el camino de los reporteros de Cuatro y donde, sin quererlo, comenzó su carrera televisiva.

No habría sido conocido en España si no hubiera sido porque Nacho Medina, subdirector de Callejeros Viajeros, decidió incluir a aquel tenista que cazaba serpientes en Bangkok en el reportaje sobre Tailandia. Tuvo vista. La cadena quedó tan impresionada con aquel personaje que cruzaba la selva en chancletas y cazaba serpientes con las manos a la vez que lanzaba tacos en tailandés, que propuso a la productora hacer un programa de aventuras con este leonés como protagonista.

Comenzó entonces su faceta como Frank de la Jungla y se adentró sin miedo en la selva tailandesa para mostrar la naturaleza en su estado puro, esta vez acompañado por un reportero y un cámara y con su inseparable mini mochila de Barrio Sésamo -en la que guarda un kit de primeros auxilios- al hombro. En cada programa fue dejando su impronta y se caracterizó por ser un tipo sin dobleces, impulsivo y a veces (quizá demasiadas) maleducado y soez ante la cámara. No le importó estar en la picota de los entendidos; los comentarios de la crítica le sonaban demasiado lejos, quizá porque veía que, pese a todo, se estaba cumpliendo el objetivo que se marcó al inicio de esta aventura: conseguir que la gente, sobre todo los más jóvenes, supieran apreciar la naturaleza en su estado más puro.

Estaba haciendo lo que le gustaba y presumía de que tanto los reporteros como la productora le dejaban mostrar "las cosas tal y como son" aunque el resultado fuera "muy bestia". Pero siempre tuvo claro que se iría a su casa el día que le obligaran a hacer algo con lo que no se sintiera cómodo o cuando el programa dejara de divertirle.

Frank de la jungla estuvo tres temporadas regalando a Cuatro unos buenos índices de audiencia en el prime time del domingo y, en el camino, además, consiguió un Onda a la Innovación. Pero un día, sin previo aviso a ninguno de los que le rodeaban, Frank decidió poner punto y final a su faceta televisiva. Aquel proyecto le había dejado de interesar, quizá por el giro que dio el programa al cambiar a sus compañeros de equipo. Frank anunció a finales de 2012 en Twitter que se iba, sin más, y subrayó que no iba a traicionar sus valores por un puñado de euros.

Su retirada fue relativa, ya que su pasión por conocer mejor a los reptiles lo llevó de nuevo a la selva. Quería seguir mostrando a sus seguidores cómo viven los animales salvajes y por eso añadió a su mochila una cámara profesional con la que se seguir narrando sus aventuras. Echó mano de sus amigos de 'Molinos de Papel' (la productora que lo descubrió) para el montaje y edición de sus vídeos y, desde el principio, la respuesta en internet fue masiva, con más de un millón de descargas en cada entrega.

La tele, dijo, no era lo suyo, pero esta noche volverá a Cuatro con Natural Frank, un programa en el que se recogen estos vídeos caseros y que volverá a poner ese punto de frescura y locura a los documentales de naturaleza.

Frank es mucho Frank y, aunque muchos lo detesten y critiquen su forma tosca de dirigirse al espectador, otros que ven en sus programas una televisión sin aditivos; un programa sin guión ni ataduras; un producto hecho sin tener que mirar de reojo los índices de audiencia.

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