Feria de San Miguel

Esaú: entrega, toreo y fallo a espadas

  • Corrida de juego desigual del hierro de Alcurrucén; destacando el primero. El espartinero Borja Jiménez y el sevillano Lama de Góngora, desdibujados.

El cartel, localista, con Esaú Fernández, Borja Jiménez y Lama de Góngora, concitó algo más de media entrada en una tarde calurosa en la Maestranza, donde únicamente destacó el primer diestro toreando con la muleta a su lote, aunque falló estrepitosamente con los aceros.

De la corrida de Alcurrucén, en su conjunto bien presentada y de juego desigual, destacó fundamentalmente el toro que abrió plaza, bien hecho y armado, que embistió con nobleza, recorrido y humillación. Los toros, como es habitual en esta ganadería y su encaste -Núñez-, no se emplearon de salida y no hubo toreo de capote con brillo artístico.

Esaú Fernández destacó por su entrega, toreo y fallo a espadas, sufriendo dos cogidas, afortunadamente sin consecuencias, y dejando de ganar dos trofeos por el mal uso de los aceros. Se las vio en primer lugar con este Fatigoso, que no fue tal como hemos apuntado, porque acometió con alegría, tras derribar en un puyazo a Diego Cotán. Abanto de salida, se empleó tras la muleta. Fernández realizó una muy buena faena, acompañada por ovaciones del público y un pasodoble ejecutado por la Banda Tejera. Pero no remató adecuadamente con la espada. En las afueras, con la diestra, hilvanó una primera serie con ligazón; cuajó una segunda con muletazos suaves y de mano baja y remató con otra de buen tono. Con la izquierda florecieron naturales ceñidos en serie arrebujada. Ya en el cierre, con la derecha, quiso intercalar una arrucina y dejó la ventana abierta para que el toro le sorprendiera, lanzara por los aires y recogiera a la velocidad de la luz, propinándole una paliza de órdago. Esaú, ya restablecido, entró mal en la suerte de matar hasta en cuatro ocasiones antes de la estocada definitiva, por lo que voló el premio que se intuía.

Con el serio cuarto, un ejemplar con un buen pitón derecho y que salía con la cara alta por el izquierdo, Esaú Fernández volvió a dar una buena medida torera y de entrega. Recibió al astado con una larga cambiada de rodillas que acongojó al público porque el toro se frenó de salida, midió al torero y lo enganchó; afortunadamente, sin consecuencias. Ya en las afueras, tras un desarme, el camero destacó en dos series diestras muy expresivas y de mano baja y en un par de buenos naturales bien abrochados con un pectoral forzado. De nuevo, falló con los aceros: los cinco pinchazos, una media y tres descabellos fueron un jarro de agua helada a una faena templada y que convenció al público, que probablemente hubiera solicitado un trofeo de estar acertado en la suerte suprema.

Borja Jiménez anduvo desdibujado. Con el segundo, noblote y soso, no dio con la tecla en unalabor kilométrica, pero en la que faltó sensibilidad.

Con el manejable quinto, rajado y siempre a su aire, Borja Jiménez recorrió muchos terrenos de la plaza tras el toro. Dentro de una labor que no llegó a calar en el respetable, destacó en una tanda diestra.

Lama de Góngora tampoco tuvo su día. Largo y bien armado fue el tercero, que resultó manejable y, por momentos, algo pegajoso. El torero del Arenal no llegó a acoplarse e incluso le faltó confianza en un trasteo sin poso.

Ya en el cierre, con un Pianista huidizo, Lama se mostró porfión en una labor que brindó al abogado Joaquín Moeckel y terminó en un arrimón. También faltó reposo en la mayoría de las tandas y acierto con la tizona.

En un espectáculo de escasa historia, Esaú Fernández aportó la claridad torera del festejo; aunque con los aceros anduvo entre tinieblas.

Segunda y última de la Feria de San Miguel.  Ganadería: Corrida de Alcurrucén, en conjunto bien presentada. De juego desigual, destacó el primero por su nobleza, recorrido y humillación, ovacionado en el arrastre. TOREROS: Esaú Fernández, de azul marino y oro. Cuatro pinchazos y estocada (saludos tras ovación con aviso). Cinco pinchazos, media baja y tres descabellos (ovación tras saludos con aviso) Borja Jiménez, de verde manzana y oro. Seis pinchazos y estocada (silencio con aviso). Estocada (saludos tras ovación). Lama de Góngora, de blanco y oro. Estocada caída (silencio). Dos pinchazos y estocada casi entera (silencio). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Domingo 27 de septiembre de 2015. Algo más de media entrada en tarde calurosa. En banderillas, saludó Curro Robles en el primer toro y Juan Manuel Raya fue cogido por el quinto al salir de un par, afortunadamente sin mayores consecuencias.

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