José Tomás indulta un toro en una tarde histórica en la Monumental de Barcelona

El diestro torea magistralmente la última corrida de la temporada · Realiza una gran faena con el segundo de la tarde, de nombre 'Idílico', que sale indultado.

Ángel Saa / Efe

Barcelona, 22 de septiembre 2008 - 10:56

José Tomás realizó una gran faena a su primero, al que toreó de forma magistral de capote, sobre todo en un ajustadísimo quite por chicuelinas, que tuvo su réplica por parte de Serafín Marín en su turno con otro por gaoneras, muy aplaudidos ambos. En la faena de muleta destacó el temple y la verdad del toreo de José Tomás.

En el quinto llegó la apoteosis. Un toro que demostró extraordinaria bravura en el caballo con dos varas en las que empujó con fuerza y fijeza. Tomás lo recibió de capote con lances a la verónica de gran solemnidad. En la muleta fue la locura, con el toro a más, tomando los engaños por abajo y abriéndose al final de cada muletazo. Tomás realizó la faena de la temporada en Barcelona.

Un trasteo que fue ganando en intensidad por momentos, con un Tomás cada vez más "metido" y relajado, roto y "abandonado el cuerpo", con enjundiosas series por ambos lados de suma profundidad y exquisito temple, embarcando las embestidas del animal con largura y despaciosidad. El toro, quería más guerra, y las tandas fueron aumentando en números de pases sin solución de continuidad, y aquello tomó cotas de emoción indescriptibles.

La plaza, un fervor. La gente lo vivió puesta en pie y con una pasión desbordada. En las postrimerías se pidió con insistencia el indulto, que el presidente no dudo en conceder, escribiéndose así una página más en la historia de esta plaza, que desde el año 2001, con el indulto de un toro de Torrealta, de nombre "Zafiro", a cargo de "Finito de Córdoba", no vivía una tarde así.

Esplá no pudo obtener trofeos por culpa de la espada, pero dejó su especial magisterio sobre todo en el primero, un toro al que realizó una aseada y compacta labor, acoplándose por momentos con muletazos de calidad sobre todo por el lado derecho. Faena de personal torería, pero sin rúbrica con el estoque.

En su segundo cambió el decorado, pues el toro, un punto violento, embestía con la cara por las nubes y fue muy complicado acoplarse. Bastante hizo Esplá con salir del paso.

A Serafín Marín le costó una barbaridad estar frente a su primero, un toro incierto que se acabó muy pronto y con el que a base de firmeza y disposición, sobre todo por el pitón derecho, consiguió pasajes muy estimables. El mal uso de los aceros le privó de una oreja.

En el sexto salió a por todas, y después del alboroto del toro anterior, instrumentó una faena repleta de torería y de bonitos muletazos con ambas manos. Cortó una merecida oreja.

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