Toros

Limeño, en la memoria de la afición

  • La plaza de toros de la Real Maestranza abre sus puertas para un funeral a uno de los toreros más respetados por la afición

Los aficionados no olvidan la figura y las gestas que realizó José Martínez Limeño (Sanlúcar de Barrameda, 1936-2015). Porque Limeño, además de un grandioso torero, contó con la amistad y el respeto de profesionales y aficionados. El torero, que siempre dio la talla ante los temibles miuras y que alcanzó la gloria de la Puerta del Príncipe en cuatro ocasiones, será recordado por la afición el próximo día 14 en la Maestranza en una misa funeral a la que se espera acuda un nutrido grupo de profesionales. Ya en el pasado 19 de diciembre en la Basílica de la Caridad de Sanlúcar acudieron a su adiós toreros como José Luis Galloso, Ruiz Miguel, Tomás Campuzano, Paco Ojeda y Juan José Padilla; ganaderos como los hermanos Miura, Álvaro Domecq y Daniel Ruiz y empresarios como Simón Casas.

José Martínez Ahumada Pepe Limeño falleció el pasado 18 de diciembre a los 79 años en su casa de Sanlúcar de Barrameda, su ciudad natal, tras una larga enfermedad.

Limeño nació en el matadero municipal de Sanlúcar el 19 de septiembre de 1936. Hijo de un modesto novillero que se anunciaba como Chocolate estuvo relacionado desde niño y hasta su muerte con el mundo taurino. El diestro gaditano unía a su gran valor -su palmarés ante toros de Miura es uno de los mejores de la historia-, un toreo vertical, temple y una gran dosis técnica que le hacía entender perfectamente a todo tipo de encastes. Sin duda, ha sido uno de los toreros más importantes e injustamente tratado. Se vistió por primera vez de luces en la plaza de El Puerto de Santa María el 21 de octubre de 1950, cortando una oreja. Debutó con picadores en Sanlúcar el 10 de agosto de 1952, anunciándose como Pepito Martínez. Sería a partir de 1954 cuando se apodaría Pepe Limeño.

Comenzó su carrera de manera triunfal, abriendo de en su etapa de novillero la puerta grande de Las Ventas el 12 de julio de 1959. Tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla el 29 de junio de 1960, con Jaime Ostos de padrino y Curro Romero de testigo.

Su trayectoria estuvo marcada sobre todo por sus constantes y grandes éxitos en Sevilla, abriendo en cuatro ocasiones consecutivas la Puerta del Príncipe (1968, dos en 1969 y 1970), con el mérito añadido de que en tres de ellas lo hizo ante toros de Miura y además con la marca de cortar cuatro orejas en dos ocasiones a los toros de Zahariche -en una corrida celebrada en 1969 y otra en 1970-.

El diestro sanluqueño se retiró en 1971 y volvió a retornar en dos ocasiones más para retirarse definitivamente el 16 de agosto de 1980, con 44 años de edad. Se cortó la coleta en El Puerto el mismo día en el que dio la alternativa a su paisano Manuel Rodríguez El Mangui. Limeño continuó ligado a los toros desde otras facetas, especialmente como veedor taurino en una labor campera que le entusiasmaba.

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