Luque y Miranda se citan hoy mano a mano en la duodécima corrida pinzoniana en Palos
Toros
Los toros de la divisa salmantina de Loreto Charro son la otra parte de este peculiar festejo conmemorativo
La décimo segunda edición de la Corrida Pinzoniana alcanza hoy sábado su punto culminante con ese paseíllo que a partir de las seis de la tarde Daniel Luque y David de Miranda concretaran frente a una corrida de los campos salmantinos con el hierro de María Loreto Charro.
Luque y Miranda se vieron ya las caras el pasado abril sobre este ruedo. No estaba programado pero la lesión por entonces de Emilio de Justo de quien el empresario Jorge Buendía anunciaba su debut en el coso palermo vino a propiciar que la gran temporada que ya empezaba a enseñar Luque con su triunfo en Sevilla terminó por abrirle las puertas del Coso del Descubrimiento.
Ahora el mano a mano es buscado y asumido por todos. Así se resaltó en la presentación por parte de empresario y toreros y así lo dicen los carteles que anuncian un evento en el que no cabe duda de que ambos protagonistas llegan ahora en puntos cúlmenes de sus respectivas carreras profesionales.
Del temporadón de Luque poca duda cabe por esa imagen de rotundidad con la que ha ejercido sus triunfos ante toros de muy diferente condición.
De David de Miranda tampoco hay duda de que todo en su toreo está en el orden preciso para que le fluyan las cosas en la medida que el de Trigueros necesita y el tendido lo disfrute.
Ayer mismo David concretaba un poquito más su puesta a punto en terrenos de una casa amiga como es la del ganadero Manuel Ángel Millares. Excelente ambiente en jornada de tienta matutina y buenos momentos de David frente a las vacas.
Es por tanto la de hoy una tarde bonita y llena de matices importantes que nuevamente justifican la importante respuesta que el aficionado está dando en las taquillas durante estos días previos.
El otro argumento del cartel lo compone una divisa salmantina que llega como debutante al historial de este evento pinzoniano.
Con la declaración de intenciones del ganadero sobre la cuidada presencia de las reses con las que acude a Palos está solventada la primera y principal responsabilidad de quien anuncia sus toros. En cuanto al juego, eso la va a determinar la tarde, los factores ambientales, su fondo de raza y los que los toreros estén dispuestos a concretar frente a ellos.
Aunque en su origen la procedencia de esta ganadería que luce divisa azul, blanca y encarnada. estuvo arraigada en el encaste Atanasio desde el año 2001 en donde la actual ganadera se hace cargo de vacada el origen predominante es el de Juan Pedro Domecq precisamente a través de esa punta de ganado que compran a la ganadería de El Pilar.
Morante y Urdiales salvan del fiasco la corrida estrella de feria en El PIlar
La técnica y la estética que Morante de la Puebla y Diego Urdiales aplicaron con los segundos toros de sus lotes, y de los que cortaron sendas orejas, salvó del desastre al que los inválidos toros de Juan Pedro Domecq estaban abocando la corrida estrella de la feria del Pilar, celebrada ayer.
Los terciados ejemplares de la divisa de Juan Pedro Domecq, como tantas otras tardes de esta temporada, apenas sacaron energías suficientes para seguir los trastos con un mínimo de celo y entrega.
La decoración cambió a la salida del cuarto, después de que Morante obligara a regar la plaza, incluso dirigiendo las operaciones del operario de la manguera desde el burladero.
Tras cuidar mucho a ese toro en el caballo, el de la Puebla se dedicó, con afición y amor propio, a crear un hermoso espectáculo más allá de las condiciones del enemigo, levantando el telón con unos preciosos ayudados por alto sin despegar apenas los brazos del cuerpo.
Jugó el sevillano perfectamente con las pausas en una faena por momentos interrumpida, pero aun así redonda por la bella forma, cargada de torería, en que el maestro llenó la escena y la salpicó con excelentes redondos, naturales mecidos y adornos inspirados.
Oreja también para Urdiales en el quinto, para terminar así de salvar la tarde con el único “juampedro” que mantuvo un mínimo de energías para seguir los engaños, aun con reservas.
En este caso, el riojano tiró de temple y de idéntica paciencia, primero para aplacar un punto de temperamento defensivo y la falta de ritmo del animal, y luego para llevarlo largo con los vuelos del engaño, solo que sin poder ligar más de dos muletazos seguidos, a expensas de que el de Juan Pedro no se le afligiera.
Hecha la puntual y honrosa excepción de las dos faenas premiadas, Alejandro Talavante no hizo mucho para evitar la que llevaba camino de ser una clamorosa decepción.
Sumido en una desangelada actitud, sin tensión creativa ni lidiadora, ayuno de temple y de fibra, la tarde del extremeño, acentuando el tono menor de su temporada de reaparición, estuvo marcada por la misma desgana con que se mal movieron por el ruedo sus dos inválidos oponentes.
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