"Ha sido un arrebato de rabia y pido perdón a la afición de Madrid"

El novillero sevillano Luis Martín Núñez sorprendía a los aficionados madrileños cuando, tras cumplir con su segunda faena, que había brindado a su padre, decidió quitarse el añadido o lo que es lo mismo simbólicamente, cortarse la coleta y retirarse.

-Luis, ¿por qué ha tomado esta decisión?

-Había brindado la faena a mi padre y cuando he terminado he tenido un sentimiento extraño. No sé ni lo que he hecho. Llevo llorando toda la tarde, desde que me arranqué el añadido.

-¿Es una decisión definitiva?

-Realmente yo quiero ser torero. Tengo 26 años y llevo prácticamente cuatro en casa. A mi nadie me ha regalado nada y he venido a Madrid con mi verdad.

-Por lo que cuentan las crónicas, ha recibido palmas en sus dos novillos. No ha dado un petardo para tomar esta postura.

-He sentido por dentro algo malo. Es mucho tiempo el que llevo luchando y he visto que aquello no me embestía.

-¿Cómo han sido sus novillos?

-El primero, descastado. El otro, lo he dejado sin picar y en la muleta se metía por dentro. Para mí, no ha servido la novillada para Madrid.

-Después del arrebato, ¿cómo se siente?

-Estoy como en una nube. Esperaré dos o tres días para decidir qué hago con mi vida y con mi carrera. Ahora estoy machacado. Creo que es un arrebato de rabia y me duele mucho y pido perdón a la afición de Madrid.

-Ha brindado su última faena a su padre ¿Qué le ha dicho luego?

-Que me apoya totalmente. Que si voy a seguir toreando me respaldará siempre y si no que tengo trabajo en su puesto de pescao. Me ha dicho que confía al cien por cien en mí.

-¿Y sus apoderados?

-Acabo de hablar con ellos. Me han dicho que rectifique, que piense en frío lo que he hecho. Que seguirán peleando por mí. Tanto Alfonso González como Carlos Sastre, que son de Valladolid, me han apoyado siempre y me han dicho que su objetivo sigue siendo el mismo: hacerme matador de toros.

-Por lo que cuenta, usted ahora mismo parece que no sabe qué camino tomar.

-Así es. Me están llamando amigos y me dan ánimos para que siga. Lo que he hecho no sé si será un paso definitivo.