Una importante faena, premiada con una oreja, a cargo del madrileño Alberto Aguilar, salvó ayer en Las Ventas una tarde que iba por los derroteros del aburrimiento y la desesperación.

Tres de Montealto, dos de Julio de la Puerta -el cuarto como sobrero al ser devuelto el primero y correrse turno-, y un sobrero más -el sexto al devolverse el tercero y correr también turno- de El Ventorrillo. Corrida bien presentada aunque con desigualdades de hechuras, y deslucida, con las excepciones del buen quinto y, en parte también, el sexto.

El Capea: media tendida y dos descabellos (silencio tras aviso), y pinchazo, media y dos descabellos (silencio). Alberto Aguilar: pinchazo y estocada (silencio), y estocada (oreja). Sebastián Ritter: estocada (silencio), y media atravesada y diecinueve descabellos (pitos tras tres avisos). La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde espléndida.

Otro domingo que parecía abocado al fracaso por el baile de corrales, la desidia de los toreros ante las nulas posibilidades del ganado, de pronto tuvo una salida más que airosa en el quinto. Embistió un Montealto, y en frente, un torero de agallas y recursos, cargado también de sentimiento: Alberto Aguilar.