Morante cumple un viejo sueño
Madrid | Corrida de la Beneficencia
El diestro cigarrero ha vuelto a levantar al público de Las Ventas de sus asientos en las dos faenas de la tarde de este domingo
En imágenes, Morante de la Puebla abre la Puerta Grande de Las Ventas

Rematando el interminable ciclo isidril llegaba la corrida que fue cumbre de la temporada desde tiempo inmemorial. Ya más cercanos en el tiempo, la corrida de Beneficencia era uno de los puntos en que se basa la temporada junto a la corrida del Domingo de Resurrección en Sevilla y la Goyesca rondeña. En paradero desconocido esta última, convengamos en que la temporada se cimenta en el festejo sevillano y en ésta que se celebraba ayer en una abarrotada Las Ventas y que sirvió para que un torero de época lograra un viejo sueño, el de abrir la Puerta Grande de Madrid.
Y ese torero que cumplió el sueño ya fue recibido con fervor en recuerdo a aquella cumbre que protagonizó el pasado 28 de mayo con un toro de Garcigrande. Ni que decir tiene que sobran explicaciones, pues es de conocimiento general que ese torero único se llama José Antonio Morante de La Puebla, sombreros fuera. Permanecía en el recuerdo aquella obra de arte y el genio cigarrero salió al ruedo venteño como con prisas por rememorar aquel prodigio.

Tras recoger la cálida ovación de Madrid, el genio cigarrero desplegó su capote para repetir una de esas obras de arte que consigue con tanta frecuencia. Erguida la figura y sin rectificar la colocación le sopló al colorado Sacristán un manojo de lances como si estuviese toreando de salón. Tras un sentido brindis a Elena de Borbón, desplegaría casi todo su rico repertorio, ese que va del ayudado a la trincherilla, del redondo inacabable al natural soñado. Hizo a la perfección la suerte de matar y el cicatero usía sólo le concedió el premio de una oreja. Edición corregida y aumentada en el cuarto, de nombre Lírico y que fue protestado de salida. Pero toreando como torea Morante, cualquier defecto del toro queda en segundo plano. Faena por seguiriya gitana la del cigarrero con este toro para una disertación de toreo incomparable que terminó arrebatado tras un racimo de naturales monumental. Aquí se le cayó un tanto la espada y de ahí que el premio se quedase en una sola oreja, pero suficiente para lograr que se cumpliese un sueño de más de treinta años, salir a la calle de Alcalá.
Fernando Adrián pudo acompañar a Morante en esa salida pero después de cortar una oreja al castaño Pardillo emborronó con la espada su faena a Archivero, pero el madrileño dejó alto su cartel entre sus paisanos. Borja Jiménez fue la víctima del sorteo, ya que le correspondieron los dos únicos juampedros que no colaboraron y como se atascó con la espada, pues se fue de vacío mientras Morante se iba como en multitudinaria procesión por la Puerta Grande.
Ficha
Plaza de Toros de Las Ventas
TOROS: Seis cinqueños de Juan Pedro Domecq bien presentados y de buen juego en general.
TOREROS: Morante de La Puebla, de azul marino y azabache, oreja y oreja. Fernando Adrián, de catafalco y oro, oreja y silencio. Borja Jiménez, de grana y oro, aviso y silencio.
CUADRILLAS: Lucieron en banderillas Curro Javier y Marcos Prieto; a caballo Alberto Sandoval, Espartaco y Tito Sandoval.
INCIDENCIAS: Corrida de la Beneficencia. Se colgó el cartel de ‘no hay billetes’ en tarde veraniega. En el paseíllo sonó la Marcha Real y los tres diestros brindaron un toro a la infanta Elena.
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