tercera corrida pinzoniana en palos de la frontera

El pundonor por encima de la casta

  • El Fundi, Juan José Padilla y José Doblado se fueron a hombros tras cortar cada uno dos orejas a una corrida de Juan Pedro Domecq a la que en general le faltó fondo y clase en el último tercio de su lidia

Ganadería: Se lidiaron cinco toros con el hierro de Juan Pedro Domecq y uno, el cuarto, perteneciente a la divisa de Parladé. Corrida bien presentada aunque con poco fondo y escasa colaboradora con los toreros. TOREROS: El Fundi, . En el primero, oreja. En el cuarto, oreja; Juan José Padilla, oreja en el primero de su lote. En el quinto, oreja; José Doblado, oreja en el tercero de la tarde. En el que cerró plaza, oreja. Incidencias. Plaza del Descubrimiento. Domingo 14 de octubre de 2012. Lleno en el tendido en tarde que terminó fresca y en la que durante la lidia del cuarto, descargó un pequeño chaparrón. Dos horas y media de duración. Durante la lidia del tercero se desmonteró en banderillas Manolo Contreras, mientras que Raúl Corralejo, tras dos buenos pares y Pedro Muriel lo hicieron el que cerró plaza. Al finalizar el festejo los tres espadas salieron a hombros.

Tres toreros, tres. Y tres circunstancias diferentes. Uno que se va, El Fundi, otro que volvía a un sitio que un toro le quitó el pasado año, Padilla, y otro, Doblado, que necesitaba refrendar cosas ante la oportunidad de una plaza llena y una amplia audiencia andaluza.

Bien presentada, con nervio de salida, la corrida de Juan Pedro Domecq terminó por desencantar a todos. Se esperaba mucho de ella. Una divisa actualmente en forma, pero que de manera reiterada le hurtó a Padilla y al Fundi, siquiera tres series con entrega y fundamento de continuidad con la que ligar las inmensas ganas que tenían las gentes de hacerles triunfar.

Pero ni el Fundi, ni Padilla, ni incluso Pepe Doblado en su primero llegaron a acariciar la posibilidad de confiarse ante el variable y desconcertante ruedo de unos toros que metieron pronto la cara abajo y dudaron mucho ante los engaños.

Estaba meridianamente claro que o empujaban los toreros o aquello no iba a funcionar como debía.

Y empujaron los toreros. Unos, desde el sentimiento que les produjo su reencuentro. Otro con el animo de l adiós a la profesión. y Otros como digo con la necesidad de aprovechar oportunidades.

Encaminemos pues la crónica de una tarde donde El Fundi manejó el capote con cierta templanza. Faena de menos a más donde a la cuarta serie acabó de acoplar con mas continuidad una serie con la diestra al noblote pero flojo astado que abrió plaza.

En el cuarto, donde el de Fuenlabrada cubrió con presteza el tercio de banderillas, llegó desde el tercio ese brindis a toda su gente. Un acto que oficializaba la despedida anunciada por el madrileño en estos días previos al festejo. Nada de corte de coleta. El Fundi se la lleva puesta. Simplemente un adiós que cierra un paréntesis de veinticinco años y una celebración a la que no se quiso unir el de Juan Pedro que apenas tuvo nada dentro con lo que lucir el momento. El Fundi, planteó una faena donde lo mas que se notó fueron las ganas del torero por agradar.

No fue toro apto para despedidas, pero así es la vida.

Padilla tuvo que tirar de fondo de armario y sacar a ese torero enrazado que los públicos consumieron siempre. No tuvo lote potable el jerezano y toco irse por la vía del pundonor más que por la del querer torear bien a dos juampedros que no querían dejarse.

Frente a su primero, la faena resultó poca cosa, pero la espada, resolutiva y eficaz despertó el ansia del tendido por las orejas y con ello Padilla sumó su primer bono para una Puerta Grande que después alcanzaría a completar frente al único toro de Parladé, inscrito en el encierro y al que entre Fundi y Padilla, a invitación de éste, le plantaron sobre el morrillo tres pares de garapullos, con bastante brillantez y torería, adornos y quites a cuerpo limpio incluidos.

Pero había poco toro, y el que había, molesto y sin entregarse. Así llegaron desplantes y demás ensayos de faena donde primó por encima de una embestida deslucida y cambiante, las ganas de agradar de este Padilla, torero de nuevo en los ruedos.

En cuanto a Doblado, me quedo sin dudas de ningún genero con su labor al tercero de la tarde. Un toro exigente y duro en una embestida bruta y encastada.

A la exigencia respondió Doblado toreando mejor al natural que con la mano diestra, y tragando a veces lo incierto de una embestida que pareció brava, por momentos. De todas maneras, toro interesante, aun con sus defectos , y mérito de Doblado en una faena sin brillantez pero con sitio importante donde imponerse ante las dificultades de una embestida que encerraba 'cositas' que resolver.

Frente al que cerró plaza, quizás el de mejor condición de todo el encierro, José Doblado firmó una labor larga pero donde faltó la armonía y la templanza que se llevaron al traste demasiados enganchones en bastantes compases de una faena con series de pocos muletazos y el remate y donde faltó consistencia para adornar el trabajo. Valiente y sin quedarse atrás en cuanto a las ganas que pusieron sobre el albero dos compañeros más curtidos, Doblado acertó con el espadazo que finiquitó un festejo al que se apuntó con tanto mérito como el que más, en esa masiva salida por la Puerta Grande del coso palermo.

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