Renovación de un largo idilio

CONTRACRÓNICA: OCTAVA DE ABONO

La bravura de ‘Mosquetón’ se suma a a lista de toros inolvidables lidiados por Victorino en Sevilla, inseparable -como en el caso de Escribano- de la lista de matadores que tuvieron delante en cada momento

Manuel Escribano mantiene su idilio con Victorino Martín

Escribano reconoce la bravura de 'Mosquetón' antes de su vuelta al ruedo póstuma.
Escribano reconoce la bravura de 'Mosquetón' antes de su vuelta al ruedo póstuma. / José Ángel García

LA memoria estaba fresca y el público que llenaba la plaza de la Maestranza acogió con una ovación el largo paseo del burladero de matadores a esa tierra de fuego que se abre delante de la puerta de chiqueros. Manuel Escribano había escenificado bien el momento: dos lances al aire por aquí, otros dos por allá y ya sabíamos que iba a dar el paso al frente, camino de esa cita en la que se echa la moneda sin saber muy bien por donde cae. El lance, idéntico, iba a brindar el pasado año uno de los momentos más emocionantes de todo el ciclo. El recuerdo del torero, salido de la enfermería después de ser operado con anestesia local y vestido con un pantalón vaquero, estaba fresco. Pero aquella emoción dramática de 2024 se iba a trocar en la emoción estética de una apuesta que no podía faltar en la agenda del diestro de Gerena que ha asumido tres contratos en la presente Feria de Abril.

Pero trodo tiene su historia. Victorino lo ha recordado muchas veces. El debut de la familia Martín Andrés al frente de los antiguos albaserradas se hizo esperar demasiado en la plaza de la Maestranza. Se produjo en 1996 en un cartel encabezado por Ortega Cano que completaban El Tato y Pepín Liria, que ya punturaron en el envite. Pero fue Raúl Gracia el que al año siguiente iba a marcar la primera cumbre del hierro de la A coronada enhebrándose a la perfección a la bravura de Veraniego. Desde ese punto podemos marcar algunas claves por más que después se registrara alguna intermitencia en la comparecencia de los victorinos. Fue cosa pasajera: consolidado el maridaje, no se puede entender el elenco ganadero del abono maestrante sin la presencia de estos toros cárdenos que se crían en el campo cacereño. Esa relación está salpicada de una lista de toros memorables -Borgoñés o Mecanizado se vienen al instante a la memoria- que contaron en cada momento con la sazón de los toreros que se pusieron delante. Ya hemos hablado de El Tato, y Liria, pero hay que añadir a Ferrera, los mejores fueros de El Cid en su lustro prodigioso... todos ellos forman parte de una nómina de matadores indisociable de una lista de reses inolvidables -recordada por sus nombres- coronada por la memoria del célebre Cobradiezmos

Fue indultado por el propio Escribano, hace ya casi una década. Se sellaba así una simbiosis irrenunciable con un hierro y un encaste sin el que no se podría entender la propia trayectoria vital y taurina del diestro de Gerena que había renacido a la profesión en la Feria de Abril de 2013 en otro encuentro providencial con un toro de Miura llamado Datilero en sustitución de El Juli.

Cobradiezmos, que murió luchando en una pelea campera, ha dejado una simiente impresionante en la ganadería. La propia plaza de la Maestranza ya ha visto asomarse algunos vástagos que han mantenido esa valiosa carga genética. Podemos hablar de Patatero, que iba a caer en manos del mismísimo Escribano en otro sábado de preferia, el de 2023, que aún era prólogo del encendido de los farolillos. Le cortó las dos orejas, engrosando su propio palmarés en el coso sevillano. La ganadería de Victorino Martín, en definitiva, mantiene su vigencia y su personalidad gracias a estos ejemplares de alta nota que valen un encierro entero, pero también gracias al mejor momento de los toreros que se han ido poniendo delante a lo largo de estos treinta años. Ya lo decimos en el titular:el idilio permanece abierto. Y no, no podía ser fácil estar a la altura de una embestida tan exigente. Mantener el equilibrio entre ese torrente de embestidas y la altura del trasteo fue una de las claves de una labor aclamada que salvó un espectáculo largo y con algunas intermitencias. Hubo que salvar algún bache, sí, pero nadié se aburrió...

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