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EL REPASO
La noticia taurina de la semana que se fue, sin barniz alguno de sorpresa, la dictó Morante de la Puebla, rendido ante la evidencia de sus dolencias psiquiátricas a pesar de sus esfuerzos para culminar la temporada. Era una decisión que se presumía inminente y se acabó aireando cuando el apoderado del torero, el fiel Pedro Marques, comenzó a comunicar a las empresas la imposibilidad de cumplir el tramo de contratos que se iniciaba el pasado fin de semana en Guadalajara. Se había vestido de luces por última vez en Palencia, tres días después de la cacareada espantada de Linares que, visto lo visto, ocultaba esta bajada a los infiernos. Ahí empezó a torcerse todo, un mes largo después de retomar el ritmo de la temporada. El matador cigarrero navegaba en plenitud, sembrado en la cara del toro, pero la procesión iba por dentro…
A la vez que se aventaba el nuevo eclipse del genio de La Puebla se hablaba de otras esperanzas. Morante pretende estar listo para torear, al menos, la tercera corrida de la Feria de San Miguel que es la última del abono maestrante. Está anunciado junto a Juan Ortega para despedir a Hermoso de Mendoza de la afición sevillana en una de esas inevitables mixtas que empiezan a antojarse una auténtica condena en esta temporada anodina que ya tiene cerca la puerta.
Mientras tanto, ésa es otra, está siendo sustituido con distinto acierto por unas empresas poco dadas a la imaginación o la apuesta según quién, cómo y cuándo. Pablo Aguado fue el encargado de ocupar su puesto en Guadalajara el pasado viernes. Al día siguiente, en Utiel, el papel de sustituto le tocó a Alejandro Talavante. El próximo viernes, en Almodóvar del Campo, hará las veces Borja Jiménez. Sebastián Castella será el encargado de suplirle el día 21 en Murcia. Queda aún por saber quiénes serán los sustitutos en Salamanca y Logroño.
En Sevilla, por San Miguel, se ponen velas a San Judas Tadeo, patrón de los trances imposibles aunque en la empresa Pagés saben de sobra que habrá que preparar otro contrato mientras Radio Macuto señala a Pablo Aguado como sustituto natural del diestro cigarrero. Del festival de los Gitanos, para el 12 de octubre, ni hablamos. Pero es importante recalcar otra vez que más allá de toda esta amalgama de nombres, fechas y componendas se encuentra el sufrimiento de un hombre que lucha por salir de su propio infierno.
Llegados a este punto conviene refrescar de nuevo la entrevista concedida al compañero Paco Guerrero, sólo unos días después de reaparecer en Santander tras esos 53 largos días de ausencia. Morante hizo ese día la confesión más reveladora de todo este tiempo reconociendo que el día que cortó el rabo del toro Ligerito de Domingo Hernández ya nadaba en el abismo. Aquel 26 de abril de 2023 se estaba marcando la cima y la sima de un grandioso creador que ha iluminado la cultura de este país con sus obras.
Pero la semana taurina ha brindado otros titulares, como el rotundo triunfo de Daniel Luque en Nimes después de cortar cuatro orejas en su solo con los toros de La Quinta. La encadenó con otra tarde pletórica en la Corrida de la Prensa de Murcia. En esa estela –navegando en los márgenes pero sin dejar de pisar el acelerador- se encuentra Borja Jiménez, que cuenta sus paseíllos por triunfos, como el más reciente de la feria de Salamanca junto a Perera.
En estos días también se ha hablado de vetos. No sabemos si son como las meigas que haberlas haylas pero también habría que analizar algunas decisiones llamativas y difícilmente entendibles –por innecesarias- en la gestión de su carrera, tal y como ha apuntado con tino algún compañero. El último botón de muestra es ese festival que el valeroso diestro de Espartinas afrontará en solitario en Bilbao sin tener la menor obligación para ello. Hay que partir de una evidencia: la extrema dificultad para animar la asistencia en una plaza que vive sus horas más bajas. ¿Qué necesidad había de volver a un escenario tan complejo que ya le había visto salir en triunfo este verano?
Hay más cositas que repasar como la sorpresiva –o no tanto- retirada del novillero cordobés Manuel Román. Lo tenía todo: una temporada modélica diseñada por Carlos Zúñiga, la correspondiente y fiel tropa de seguidores, la seguridad de un entorno comprometido con su carrera… pero fallaba lo fundamental: el convencimiento interior para resolver en la cara del utrero. A partir de ahí todo sobraba. La honesta decisión del chaval, que emitió un comunicado anunciando su retirada indefinida, le honra. No ha dejado de ser un acto de verdadero valor. La ciudad de los califas, en sede vacante, vuelve a quedarse huérfana de toreros en espera de algún valor emergente que podría dar guerra pronto.
Habíamos empezado hablando de Morante, hermano y nazareno de botón rojo de la Piedad del Baratillo, ese mar de aguas quietas que –no hace tanto- esperaba sobre su paso en las tardes de toros del Arenal, ajena al bullicio del exterior en la paz conventual de su pequeño templo. La bellísima dolorosa de Fernández Andes fue coronada canónicamente el pasado sábado en la Catedral de Sevilla. En su triunfal procesión posterior iba a hacer una particular estación en la plaza de la Real Maestranza, que franqueó de par en par su Puerta del Príncipe para que se asomara a su ruedo. Una diputación de caballeros maestrantes, encabezados por el guión que recuerda la carta de hermandad que vincula a la cofradía del Miércoles Santo con el cuerpo nobiliario, recibió a la imagen. Rendidos a sus plantas –rogando por la salud de José Antonio Morante Camacho- despedimos este Repaso hasta dentro de siete días.
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