Rally Arcade Classics se erige, y ya era hora, como el heredero espiritual de Colin McRae Rally
El Loot de Txeron
El título desarrollado por el estudio NETK2GAMES nos devuelve a los años noventa con un título de conducción arcade muy adictivo
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Han pasado ya varias décadas desde que empecé a disfrutar de los primeros juegos que intentaban emular la esencia de los rallies de coches. El más mítico y que me marcó de manera intensa fue Colin McRae Rally lanzado en 1998 para PlayStation y PC y que se convirtió en uno de los juegos de rallies más completos y exigentes, al simular con realismo este deporte, siendo estas las señas de identidad del resto de entregas de la saga. Ahora, en pleno siglo XXI, tras años de iteraciones de títulos que apuestan por el realismo en las físicas, los gráficos y las sensaciones, he vuelto a recobrar la esperanza. Y se llama Rally Arcade Classics. Un título que llega como un homenaje a la edad dorada de los juegos de carreras, pero con una mirada fresca y contemporánea y que ha sido desarrollado por el estudio independiente español NETK2GAMES formado por tan solo tres personas.
El proyecto necesitó tres años de trabajo, y lo cierto es que ese esfuerzo se deja sentir en cada detalle. El juego propone una mezcla única: por un lado, la inmediatez y accesibilidad de los arcades noventeros; por otro, un sistema de físicas con tintes de simulación que obliga al jugador a refinar sus reflejos y a progresar de manera gradual. No se trata simplemente de acelerar y frenar, sino de entender la tracción, la inercia y la importancia de cada curva.
La estructura de progresión se articula alrededor de las licencias, que funcionan como pruebas de habilidad antes de permitirnos acceder a los vehículos más potentes y los modos más exigentes. Este sistema, heredero espiritual de sagas míticas como Gran Turismo, añade una capa de profundidad que encaja muy bien con la filosofía del juego: aprender, mejorar y, finalmente, dominar.
El catálogo de contenido es generoso: 44 coches inspirados en diferentes épocas del rally —desde los setenta hasta los dos mil— garantizan variedad estética y mecánica. A esto se suman 48 circuitos con condiciones dinámicas de clima y hora del día, lo que dota a cada carrera de un carácter imprevisible. Además, los seis modos de juego cubren prácticamente todos los gustos: desde el exigente modo Licencia hasta los eventos semanales que mantienen vivo el espíritu competitivo.
La reciente actualización Precision & Chase representa un paso adelante en la búsqueda de autenticidad. La introducción del cambio manual no solo aporta una capa de dificultad adicional para quienes buscan una experiencia más realista, sino que también se refleja en las nuevas tablas de clasificación, donde se distingue entre quienes corren en automático y quienes se atreven con el embrague digital. El nuevo velocímetro renovado, más claro y funcional, es otra muestra de atención al detalle, al igual que la incorporación de listas de amigos que permiten comparar tiempos y mantener una rivalidad sana entre hasta 25 pilotos conocidos.
En el apartado audiovisual, Rally Arcade Classics apuesta por una estética deliberadamente retro, evocando los colores vivos y las texturas estilizadas de los noventa, pero con la fluidez y nitidez que permiten las plataformas actuales. La sensación de velocidad es convincente, y aunque no alcanza el hiperrealismo de un simulador puro, sí transmite la emoción del derrape en grava o la tensión de un tramo nocturno bajo la lluvia.
El soporte para volantes en PC, compatible con modelos como el Thrustmaster T300 o el Logitech G29, es otro acierto: el juego se disfruta con mando, pero es al poner las manos en un volante donde brilla realmente el esfuerzo del equipo en las físicas y la respuesta de los coches.
No obstante, no todo es perfecto. La curva de dificultad puede resultar algo irregular para los recién llegados, y el sistema de licencias, aunque satisfactorio, puede sentirse rígido para quienes prefieran desbloquear contenido de forma más libre. Asimismo, la IA de los rivales, si bien competente, carece a veces de la agresividad estratégica que se esperaría en las competiciones más avanzadas. También chirría que al ser un juego modesto en cuanto a presupuesto, no cuenta con las licencias de las pruebas ni de las marcas de coches por lo que te echarás más de una risa leyendo los modelos que vas a conducir.
Nosotros hemos podido probarlo tanto en Playstation 5 Pro como en una Asus Rog Ally a través de Steam y el juego, como es lógico, funciona a la perfección. En ambas plataformas se mueve a unos constantes 60 cuadros por segundo lo que enfatiza la sensación de velocidad.
En definitiva, Rally Arcade Classics no pretende competir de tú a tú con gigantes del género, sino reivindicar una forma de entender los juegos de carreras que parecía olvidada: accesible, directa, pero con espacio para la maestría. La actualización Precision & Chase refuerza esta visión, afinando la experiencia y fomentando la competencia amistosa entre jugadores.
Con un precio ajustado (cuesta 20 euros) y un descuento temporal del 50% ahora mismo en Steam, que lo hace aún más atractivo, estamos ante un título que merece la atención de cualquier amante de la velocidad, ya sea veterano de los arcades noventeros o recién llegado en busca de emociones genuinas. Y es que Rally Arcade Classics es el mejor heredero de Colin McRae Rally y un recordatorio de que, a veces, tres personas apasionadas pueden lograr más que un gran estudio con todos los recursos del mundo.
Hemos podido realizar esta reseña tras probar el título tanto en PS5 como en PC gracias a sendas claves que nos han remitido JF Games PR Comms y Game.Press.
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