Vivir en Verano

Cinco preguntas que hacerse antes de comprar una casa en la playa

  • La intención de comprar un inmueble vacacional crece un 8% en 2018. La primera regla es que el precio de la compra no supere el cuádruple de los ingresos brutos anuales

Es preciso calcular cuántas veces al año va a utilizarse y que no esté demasiado lejos de la residencia habitual.

Es preciso calcular cuántas veces al año va a utilizarse y que no esté demasiado lejos de la residencia habitual. / Josué Correa

La compraventa de segundas residencias vuelve a tomar presencia en el sector inmobiliario. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las transacciones de inmuebles en el mes de abril registraron un incremento interanual del 30%. Este nuevo escenario afecta también a la segunda residencia. Aunque la crisis económica conllevó que la tendencia a tener una vivienda destinada al ocio y tiempo libre descendiese, el IV Estudio de Casaktua ha revelado que en 2018 la intención de comprar un inmueble para este fin ha aumentado. El 18% de las personas que buscan vivienda quieren un inmueble de segunda residencia. Lo que supone ocho puntos más que en 2017.

No obstante, son muchos los aspectos a valorar en el momento de adquirir una segunda vivienda. La primera regla consiste en que el precio de la compra no supere el cuádruple de los ingresos brutos anuales.

Además de la cuestión económica, desde el portal inmobiliario proponen hacerse cinco preguntas imprescindibles antes de comprar una vivienda de estas características:

1. ¿Por qué comprarla?

Parece una reflexión muy básica, pero, en realidad, repercutirá directamente en el dinero que se quiere gastar. Por normal general, adquirir una segunda vivienda como inversión, es decir, con intención de recibir algún tipo de remuneración gracias al alquiler o para su venta posterior, se suele traducir en la búsqueda de inmuebles más baratos. Sin embargo, si es para disfrute propio, las calidades y el estado del inmueble se valoran mucho más.

2. ¿En qué ubicación?

Ante esta pregunta, hay que plantearse si la situación será también de agrado en temporada baja. No sólo se disfrutará durante época de vacaciones, también el resto del año. Es muy habitual comprar una segunda vivienda por impulso, pero no hay que dejarse llevar.

3. ¿Podrá disfrutarse con frecuencia?

Está claro que si se va a elegir un inmueble para uso y disfrute es preciso calcular cuántas veces al año va a utilizarse. El objetivo es amortizarla, por ello, es mejor que no esté ubicada demasiado lejos de la residencia habitual, ya que, de otro modo, deberán tenerse también en cuenta los gastos extra de desplazamiento.

4. ¿Cabe la posibilidad de alquilarla?

El alquiler vacacional es una opción que cada vez está tomando mayor presencia. El descanso y la playa están dando paso a otra tipología de vacaciones enfocadas en destinos gastronómicos, musicales, de naturaleza o multiaventura, para ir de compras o para vivir la noche. Aquí la ubicación que se elija y los servicios que rodeen a la vivienda serán clave.

5. ¿Me lo puedo permitir?

Como en una primera vivienda, hay que hacer números. Para ello, habrá que tener en cuenta, a parte del gasto hipotecario, los costes que entraña –seguros, impuestos, comunidad, costes de mantenimiento, etc–.

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