Cuando se teje la vida con una mirada al pasado
Ofelia Bakery, en la Cuesta del Rosario, acogió ayer una de las 'knitting party' de la firma de kits de lana y algodón We Are Knitters
Las abuelas, culpables de que la afición por el punto y las labores que ha puesto en boga la tendencia del hazlo tú mismo (Do it yourself) se haya hecho realidad. Hace un año que la joven Paula Silva teje. A sus 27 años y profesional del sector aeronáutico, se sumó a la fiebre por el punto cuando, movida por su deseo de compartir tiempo con su abuela y aprender algo de ella, decidió darle una oportunidad a las agujas. Empezó haciendo bolsos de trapillo para adquirir destreza con el croché, pero sintió predilección por el punto. Ayer fue la maestra de ceremonias de la knitting party que We Are Knitter organizó en Sevilla, en Ofelia Bakery.
Ser hábil tejiendo, encontrar un lugar acogedor y cómodo en el que merendar y reunirse, y elegir uno de los kits de We Are Knitters son las condiciones para organizar una knitting party. Paula Silva se inclinó por la pastelería de la Cuesta del Rosario y el pack de la marca para tejer un cuello de lana. Lo habitual es optar por algo sencillo para que se pueda elaborar durante el evento -en el que se comparten experiencias, dulces, té y café entre punto y punto-, con el objetivo de que los asistentes aprendan a tejer si no saben o a perfeccionar la técnica y cultivarse en otros modelos de punto, si ya la dominan.
En la reunión, los momentos de tertulia y los de silencio, en los que las asistentes se abstraían con la tarea, se intercabalan mientras los cuellos tomaban forma. Tres décadas intermitentes de relación con el punto recordó María Ángeles Vázquez, una enfermera de 36 años a quien su abuela enseñó a tejer para calmar su inquietud infantil. En octubre se reencontró con las agujas: su abuela murió dejando a medias una bufanda para su bisniesto y ella era la única de la familia que podía terminarla. La historia de Pepi Pérez empieza en las calles de Manzanilla, en Huelva. La vocación creativa de esta diseñadora industrial de 34 años nació mientras se rodeada de mujeres mayores para aprender de sus labores.
Las jóvenes que ayer se citaron en Ofelia Bajery para tejer coincidieron en que el punto no cuenta con muchos seguidores en la ciudad. Para corregirlo, Paula Silva reveló su intención de repetir la experiencia el próximo año: "Hay un kit con el que podríamos hacernos unas toquillas para la Feria de Abril".
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