Don Juan Tenorio, un mito teatral con estatua en Sevilla
Este personaje literario fue popularizado por la pluma de autores como José Zorrilla o Tirso de Molina.
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Entre las estatuas de Sevilla hay varias que no representan a un hombre real, sino a otros que nacieron de las leyendas o las plumas de otros hombres. Uno de ellos es don Juan Tenorio, quien tiene su efigie en la Plaza de los Refinadores, entre los Jardines de Murillo y la Puerta de la Carne.
La estatua fue creada en 1974 en bronce y a tamaño natural, siendo Nicomedes Díaz Piquero su autor y se encuentra sobre un pedestal, construido por Juan Carlos Alonso, en el que se pueden leer cosas como: "Aquí está Don Juan Tenorio; y no hay hombre para él" o "Búsquenle los reñidores cérquenle los jugadores, quien se preste que lo ataje, a ver si hay quien lo aventaje en juego, en lid y en amores".
Los orígenes de Don Juan
El 'Don Juan' es un arquetipo propio de la literatura española, que se caracteriza por ser un seductor que no teme en saltarse las leyes divinas y las de los hombres. Muchas veces se encuentra relacionado con la leyenda del convidado de piedra (en la que el protagonista acepta temerariamente la invitación de un muerto). Se considera que, aunque hay algún precedente, el personaje del 'Don Juan' surge de la obra 'El burlador de Sevilla y convidado de piedra', que, aunque de discutida autoría, se le atribuye generalmente a Tirso de Molina. En la obra, don Juan Tenorio se dedica a seducir a las damas que puede, matando al padre de una de ellas. Posteriormente, el protagonista encontraría la tumba del difunto en Sevilla y se burlaría invitándolo a cenar, lo que terminaría con la estatua del muerto llevándole los infiernos.
Quizás la otra obra más conocida sobre este personaje es el drama teatral de José Zorrilla, 'Don Juan Tenorio', en el que el dramaturgo vallisoletano presenta una historia ambientada en Sevilla, a finales del reinado de Carlos I, con don Juan y a doña Inés como protagonistas. Un amor imposible que acaba con la muerte del padre de ella y de la misma dama. Don Juan invitaría a cenar al fantasma del comendador, que aparecería para llevarle al infierno, pero sería finalmente salvado por el espectro de doña Inés.
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