Naturaleza que brota del acero

El sevillano Fernando Oriol expone hasta el 5 de diciembre una muestra de esculturas decorativas

Cobre y blanco. Las esculturas de Fernando Oriol presentan un color cobrizo, fruto del material con el que se elaboran, que contrasta a la perfección con el fondo blanco de las paredes de la estancia.
Cobre y blanco. Las esculturas de Fernando Oriol presentan un color cobrizo, fruto del material con el que se elaboran, que contrasta a la perfección con el fondo blanco de las paredes de la estancia.
Pilar Larrondo

25 de noviembre 2015 - 01:00

Desde que los primeros seres humanos comenzaran a realizar trazos de bisontes en las paredes de las cuevas, la naturaleza ha sido fuente de inspiración en todas las artes. La pintura, la escultura e incluso la danza, todas beben de la madre Tierra para encontrar la perfección. Para Fernando Oriol la naturaleza también es una musa. Prueba de ello es la muestra de escultura decorativa que expone en el barrio de Heliópolis hasta el próximo 5 de diciembre (con cita previa).

En una casa de la calle Tajo, cercana al campo del Betis, se exhibe la obra de este sevillano dedicado a la escultura desde hace más de diez años. Nada más entrar en por la puerta se observa un espacio diáfano y claro sobre el que destaca la obra de Fernando Oriol. Más de 40 figuras discurren por la estancia aportando la sensación de estar en medio de la naturaleza. Lámparas, pérgolas, espejos y hamacas convierten el espacio en un lugar que parece sacado de la selva. Las esculturas decorativas de Oriol consiguen ese efecto porque emulan a la perfección a las hojas y árboles, pero, a diferencia de éstos, las figuras presentan un color cobre más típico de las hojas en otoño.

Podría tratarse de réplicas exactas de elementos naturales, pero a Fernando Oriol le gusta trabajar con acero corten. Este material es un tipo de acero realizado con una composición química que hace que su oxidación tenga unas características particulares que protegen la pieza frente a la corrosión atmosférica sin perder prácticamente sus características mecánicas. Por eso las esculturas pueden colocarse en cualquier lugar sin sufrir daño alguno y sin necesidad de mantenimiento conservando el óxido que caracteriza a las figuras de la muestra. Aunque algunas están pintadas con pátina, lo que les da un aspecto verdoso.

El proceso de creación de este sevillano suele ser metódico. Primero dibuja en papel aquello que quiere realizar y luego lo lleva a la práctica de manera manual, sin la necesidad de ningún otro factor. El tiempo de realización es lo que varía. Para algunas esculturas, como es el caso de las pérgolas, necesita más tiempo, ya que tiene que montarlas en el mismo sitio en el que se van a exponer. O la casa que va a decorar, porque Oriol no sólo expone su trabajo, también decora las casas de los clientes que lo demanden.

Con una continúa predisposición para crear, Fernando Oriol es un ingeniero técnico agrícola que nunca quiso ejercer. Su infancia en la floristería de su madre le despertó el instinto y fue ahí donde supo a lo que se quería dedicar. Desde entonces no ha parado. Aunque por el momento no sabe cómo será su próxima colección, él sigue inmerso en la decoración de interiores.

stats