Un verano incierto. Sí hay vacaciones escolares, sí hay vacaciones para millones de trabajadores y sí se podrá viajar libremente por España. Sin embargo, el coronavirus sigue entre nosotros y muchos padres y madres no ven claro aún el tema de viajar con los niños.

La playa y la piscina son las dos opciones preferidas por las familias para quitarse del calor del verano y descansar, también donde los niños están más entretenidos, pero este año está difícil el acceso a las playas y muchas piscinas comunitarias no abrirán sus instalaciones.

¿Solución? Instalar en casa una piscina hinchable, lógicamente, si tienes una terraza que te lo permita. No hace falta una gran terraza o azotea porque hay piscinas de todos los tamaños y formas. Eso sí, hay que conocer algunos trucos y requisitos para poner este verano una piscina en terraza.

El peso 

Arquitectos, arquitectos técnicos y administradores de fincas han alertado, ante el incremento de ventas de piscinas hinchables, de los riesgos de instalar piscinas en terrazas y azoteas sin criterio técnico.

El agua tiene un peso considerable y nuestras terrazas y azoteas no están calculadas para soportar el peso total que supone un gran volumen de líquido. El peso que pueden resistir depende de la edad de la vivienda, su diseño estructural, diseño y el tipo de espacio abierto al exterior. Colocar una piscina puede desestabilizar la estructura, comprometiéndola. Incluso puede provocar su colapso y derrumbe.

Calcular la carga

La mayoría de las viviendas habitadas en España se calcularon bajo alguna de las siguientes normas: la NBE-AE 88 modificó parcialmente en 1988 a su antecesora, y después se desarrolló la norma vigente actualmente, el Código Técnico de la Edificación (CTE), cuyo Documento Básico sobre Seguridad Estructural se actualizó en 2009.

Llenar una piscina hinchable tiene sus riesgos.

En ambas normas, las cargas permitirían una altura máxima del agua en la piscina de entre 10 y 20 cm como máximo. Esto equivale a una piscina infantil pequeña. Sin contar con el peso de los bañistas que, si no son niños, suponen una carga extra importante.

Pida un estudio de viabilidad

Calcular la carga, comprobar el diseño... pueden ser tareas complicadas para el propietario. Lo mejor es, antes de comprar la piscina hinchable, consultar con el gestor de la propiedad para saber si la instalación afecta o no a la comunidad y cómo. Si no hay problema, debe asesorarse por expertos.

Buen estado de la terraza 

Más que un truco, un requisito es tener la terraza en buen estado. Los sumideros y canalizaciones son a menudo puntos flacos. Deben estar limpios y en pleno funcionamiento para, en un momento dado, absorber el agua que pueda rebosar.

Uno de los modelos más vendidos de piscinas hinchables.

El estado del piso, los encuentros con paramentos adyacentes y con pretiles, los rodapiés y otros puntos delicados deben encontrarse también en buen estado. Pueden existir filtraciones o fisuras no perceptibles que habría que revisar.

Daños a terceros

Una vez que nos hemos decidido a poner una piscina en casa, una opción interesante, ya que dependiendo del tipo de vivienda, si hubiera desperfectos ocasionados por su instalación que afectara a más vecinos, es contratar un seguro. Normalmente los seguros del hogar incluyen daños a terceros, si no lo tiene contrate un seguro.