Parques y jardines de Sevilla para un paseo con encanto
Sevilla tiene una gran cantidad de zonas verdes y ajardinadas donde poder disfrutar de sus pmonumentos y su naturaleza
Cines de verano en Sevilla y programación para disfrutar las noches de julio y agosto
Sevilla es una de las ciudades más visitadas de Andalucía, su belleza, su arquitectura, su clima y su historia, además de la gastronomía, concentra cada año a miles de turistas que pisan sus calles. La ciudad tiene multitud de museos, y monumentos con los que deleitarse, pero una parte importante de la ciudad son los parques y jardines abiertos al público que se pueden conocer.
El turismo, cada vez más invasor, está llevando a que muchos sevillanos busquen zonas alternativas donde pasar sus ratos de ocio por la masificación de los espacios públicos y los parques y jardines de la ciudad son el lugar perfecto para tomarse un respiro y desconectar de todo el ruido y el bullicio que se encuentra en calles más céntricas o comerciales. Estos espacios son verdaderas joyas que muchos locales tienen aún por descubrir.
Parque de María Luisa
El Parque de María Luisa, ubicado en pleno centro histórico de Sevilla, fue el primer parque urbano de la ciudad. Tiene una superficie de 458.000 metros cuadrados y cuenta con monumentos, edificios, glorietas, fuentes y estanques de carácter romántico que contrastan con su moderno entorno.
Formaba parte del Palacio de San Telmo hasta que fue donado por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón a comienzos del siglo XIX y se incorporó al patrimonio urbano de la ciudad.
Jardines de los Reales Alcázares
Estos jardines rezuman historia, poesía, la historia, incluso leyenda. Junto al palacio real habitado más antiguo de Europa, Patrimonio hoy de la Humanidad, las que en su mayoría fueron antiguas huertas musulmanas albergan hoy un variado conjunto que abarca prácticamente toda la Historia y los estilos de la jardinería.
Antiguos jardines de los taifas Sevillanos, viejos cruceros almohades, esplendor de lo mudéjar, grutescos renacentistas que conviven hoy con escenografías barrocas, recuerdos de la epopeya americana, delicados toques de eclecticismo novecentista, retazos de jardín regionalista de principios del siglo pasado e incluso ligero apunte de paisajismo inglés en honor de S.M. la Reina Victoria Eugenia. Todo ello perfumado con un aura de romanticismo que impregna la poética de sus patios y fuentes.
Jardines de las Delicias
Junto al Guadalquivir, rodeados de huertos y casas de placer, se encuentran estos jardines. Por aquí se encontraba la finca conocida como la de "Bellaflor", donde se alojaría Felipe II en su visita a la ciudad.
De carácter romántico, el jardín combina de forma natural las áreas paisajistas -fruto de la ampliación hacia la antigua avenida Santiago Montoto, al desaparecer el macetero y la vieja estufa que se había trasladado desde San Telmo- con espacios tranquilos que discurren a través de glorietas invitando al paseo, la lectura o el descanso. Estas glorietas poseen esculturas con alusiones mitológicas, alguna de las cuales estuvo en la plaza del Museo, o fuentes.
Debe destacarse el conjunto de pedestales y bustos que rodea el entorno del Kiosco de El Líbano y que, procedentes del palacio de verano de los arzobispos hispalenses en Umbrete, fueron trasladados hasta aquí en 1864. También el busto del pintor Sorolla, que a instancias del ateneo fue colocado aquí en 1924. Todo el conjunto queda enmarcado por un entorno vegetal en el que se dan cita más de un centenar de diferentes especies.
Jardines de la Buhaira
Los orígenes de estos jardines se remontan al reinado de Al-Mutamid, famoso monarca del reino taifa sevillano, y su nombre proviene de la laguna que allí se situaba, "al-buhayra", donde aquél situaría una serie de huertas de recreo que más adelante y bajo el mandato de Abu Yacub Yusuf serían ampliadas con miles de olivos, viñas, frutales y palmeras. En los siglos siguientes la zona pasaría de esta época de esplendor a un estado de ruina total y no será reforestado hasta el siglo XVI.
Después de un segundo período de decadencia resurge a finales del siglo XIX, en el que se destruirán los últimos restos del palacio musulmán y se construirá el edificio regionalista existente en su interior. Al igual que ya ocurriera con los jardines del Prado de San Sebastián, el acoso urbanístico durante el siglo pasado fue acuciante, hasta que la decisión de las autoridades locales de recuperar su uso histórico permitió plantear un diseño algo inusual en el entorno de la ciudad. Los jardines quedaron definitivamente inaugurados en 1999, acometiéndose además obras de puesta en valor de los restos islámicos que quedaban.
Jardines del Prado de San Sebastián
Antiguo establecimiento de la Feria de Ganado que daría origen a la Feria de Abril, los jardines del Prado de San Sebastián son esenciales en la configuración de la ciudad y en el entendimiento del crecimiento urbanístico de la misma. Improvisado cementerio en 1649, cuando la peste arrasó la ciudad, y posterior recinto ferial en 1846, los jardines como los conocemos hoy en día se inauguran en 1997 después de una dura pugna entre las autoridades urbanas y los intereses inmobiliarios que habían pujado durante décadas por la construcción del lugar.
Los jardines se estructuran en tres niveles a lo largo de un eje longitudinal que parte de la Avda. del Cid, estableciéndose el conjunto con una marcada simetría acentuada, aun más si cabe, por un diseño geométrico potenciado por la disposición de los elementos vegetales. Este diseño pasa también por la utilización de estanques, fuentes y pequeñas cascadas, que dan un inusitado protagonismo al agua a la manera en la que lo haría un jardín islámico, dejando en la zona central de los jardines un espacio libre dispuesto para la realización de actividades sociales y culturales, como por ejemplo el animado Festival de las Naciones que cada año, y durante todo el mes de octubre se desarrolla en él.
Jardines de Murillo
Situados en el barrio Santa Cruz, entre la muralla del Real Alcázar y la Ronda Histórica se encuentra uno de los jardines más exuberantes de Sevilla, los Jardines de Murillo. Tienen una extensión de más de 8.500 metros cuadrados y presentan una composición de caminos formados por setos y pavimento, glorietas con fuentes y bancos de cerámica.
En su origen, los jardines estaban anexados a la Huerta del Retiro del Real Alcázar de Sevilla. Más tarde, fueron donados a la ciudad de Sevilla para formar parte de la Feria de Abril. En 1918, los jardines pasaron a tener el nombre actual por su cercanía con la Plaza de Santa Cruz, lugar donde el pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo fue enterrado.
Los espacios más emblemáticos de estos jardines son la glorieta dedicada al pintor sevillano José García Ramos y la plaza de Refinadores, donde se encuentra una estatua del personaje Don Juan Tenorio.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por St. Mary’s School Sevilla
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía