Salir al cine

Pinku eiga: erotismo nipón

  • Llega a Filmin un ciclo con diez títulos del mejor cine erótico japonés producido por Nikkatsu. La Fundación Juan March actualiza y ordena su extraordinario fondo audiovisual. En cartelera, el nuevo y esperado corto de Almodóvar. 

Hacia finales de los años sesenta y primeros setenta del pasado siglo, con más de un tercio del público perdido en favor de la televisión, atomizada la nuberu bagu (nueva ola) en trayectorias personales minoritarias y con maestros como Akira Kurosawa obligados a acudir a Europa para financiar sus nuevas producciones, la industria del cine japonés encontró en el sexo y el erotismo una nueva fórmula para la supervivencia comercial.

El llamado pinku eiga (cine rosa) buscó en la carne femenina el reclamo perfecto para atraer a las salas a un público (masculino) perdido a través de producciones de bajo coste. Una carne mostrada siempre dentro de los límites de la censura local (todo debe ser simulado y no puede mostrarse el vello púbico), aunque asociada siempre a esa extraña fascinación nipona por la prostitución, la violación y las prácticas sado-masoquistas en las que las mujeres son las eternas víctimas del juego erótico-sexual.      

Si productoras como Toei encontraron su propio sello dentro del género (koshoku rosen), otras como Nikkatsu, la más longeva e importante de las nacidas con el cine mudo, no tardarían en inaugurar su propia línea de producción erótica bajo la etiqueta de roman porno (novela porno), inaugurada en 1972 con Night of the felines, un filme que desprende una insólita cualidad documental en su retrato del Tokio de aquellos días al tiempo en que remueve y materializa fantasías y perversiones sexuales de diversa índole a partir de las relaciones de un grupo de mujeres que trabajan en un salón de masajes. 

La cinta de Nobotu Tanaka es una de las diez que conforman el ciclo que Filmin dedica ahora al porno de Nikkatsu en dos etapas, aquella fundacional y una más reciente que, 45 años después, homenajea y relee en clave autoconsciente y autorial el espíritu, los temas y actitudes de muchas de aquellas películas para adultos. Si de la primera etapa se han seleccionado Lovers are wet (1973) y Black rose ascension (1975), ambas de Tatsumi Kamashiro, junto a Assault! Jack the ripper (1976, Yasuharu Hasebe), el ciclo incluye también títulos más recientes como Angel guts: Red vertigo (1988), en la que Takashi Ishii adapta su propio manga hentai, Down of the felines (2017, Kazuya Shiraishi), remake de la cinta de Tanaka, la estupenda Antiporno, del prolífico, iconoclasta y siempre provocador Sion Sono, White Lily (2017), la incursión en el cine erótico de Hideo Nakata, uno de los nombres destacados del J-Horror, Aroused by gymnopedies (2016, Isao Yukisada), y Wet woman in the wind (2016, Akihiko Shiota), una cinta que consiguió trascender el propio género para circular por algunos festivales importantes como Locarno con su mezcla de irreverencia y humor absurdo. 

Humor africano y cineastas portuguesas

Prosigue en Cicus el ciclo dedicado al humor en los cines africanos con una sesión doble de comedia romántica y dramática el próximo lunes 26 a las 19:00h. que incluye el corto Llueve en Ouaga (2017, Fabien Dao), de la desconocida cinematografía de Burkina-Fasso, y el largometraje de República del Congo Macadam Tribu (1996, Zeka Laplaine), cuya trama gira en torno al mundo del boxeo aficionado y un grupo de personajes y ex-presidiarios reunidos en el bar de Papá Sandu.  

En la Fundación Tres Culturas se cierra también el ciclo dedicado al último cine portugués realizado por mujeres. El martes 27 de octubre a las 20.30 h. se proyecta Jogo de damas (2015), de Patrícia Sequeira, un filme que reúne a cinco mujeres en un velatorio en una casa rural tras la muerte de una amiga, en una larga noche convertida en viaje laberíntico por los caminos de la amistad, la memoria, las revelaciones y las confesiones.

Nuevo Canal March: cine y cultura a golpe de clic

En tiempos de pandemia y otras endemias crónicas en los que la Cultura no parece importarle demasiado a sus propios responsables políticos, a la televisión pública y mucho menos a las nuevas plataformas, iniciativas como el nuevo canal online de la Fundación Juan March nos reconcilian con el arte, la literatura, la música, la danza o el cine y su difusión pública aunque sea de manera virtual.

Más de 1600 vídeos y 3200 audios, cientos de horas de conferencias, charlas, presentaciones, conciertos y exposiciones pueden verse a golpe de clic en la mediateca online recientemente reorganizada y rediseñada por la prestigiosa institución fundada por el empresario y financiero balear en 1955.

Así, por ejemplo, en lo que respecta al cine, el reciente premio Princesa de Asturias para el desaparecido Ennio Morricone se celebra con un concierto de piano a cargo de Michelangelo Carbonara, que interpreta piezas de Cinema Paradiso, mientras que el archivo histórico encontramos jugosas entrevistas con Saura, Gutiérrez Aragón, Sacristán, Gubern, Suárez o Julia Gutiérrez Caba, presentaciones de ciclos y películas a cargo de especialistas como Heredero, Zunzunegui, Talens, De Cuenca o Hidalgo, o conferencias sobre cine y literatura a cargo de José Luis Borau.

El estreno de la semana: 'La voz humana'

Ya Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) abordaba libremente la adaptación de La voix humaine, la obra teatral en un acto y con un sólo personaje escrita por Jean Cocteau en 1930, llevada al cine por Rossellini con la Magnani en 1948 y convertida en ópera con música de Poulenc en 1958. Así que este corto prolonga y condensa un idilio con la pieza que Almodóvar actualiza ahora con protagonismo de Tilda Swinton, nueva musa del cine de autor internacional. 

Trailer La voz humana