Salir a comer: El renacer de Venta La Teja

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A finales de los sesenta se convirtió en emblema del mundo taurino sevillano y en su día se pudo ver en ella a un joven Espartaco dando sus primeros pasos con el capote y la muleta. Durante los últimos años, la popular Hacienda La Teja, en la antigua carretera de Huelva, había perdido parte de su esplendor, que ahora ha logrado recuperar el empresario David Gómez del Moral.

Hace unos meses, Venta La Teja volvió a abrir sus puertas al público para almuerzos y cenas y en breve recuperará esos desayunos que muchos aún recuerdan. En los últimos años la hacienda había mantenido su actividad como lugar para eventos y celebraciones y es la sede central de la empresa de catering, Merlot, que dirige Gómez del Moral. Pero, cuenta el empresario, "faltaba poner en marcha la zona de la venta para completar la recuperación de este espacio con tantas posibilidades", explica.

Concebida como un lugar en el que disfrutar de buena cocina mediterránea en un entorno familiar, Venta La Teja tiene en su carta propuestas tan apetecibles como carnes a la brasa, cochinillo o una selección de arroces elaborados al más puro estilo de la tierra. También, en la zona de barra, la venta brinda la posibilidad de disfrutar de unas tapas que, sin perder la esencia de la cocina mediterránea, añaden nuevos matices con una cocina un poco más elaborada.

En cuanto al plato estrella de la casa, más que un plato es un tipo de pan, la boba, que en La Teja desmigajan para transformar en cazuelas en las que se pueden saborear huevos con jamón, chorizo, salmorejo o pringá, entre otras muchas propuestas.

Pensando en las familias, La Teja ha instalado una serie de atracciones infantiles para los más pequeños, que son supervisados por una monitora para que padres e hijos puedan pasar un día tranquilo, visitar la plaza de toros de la hacienda o pasear por los alrededores.

La Teja, que con su decoración rinde homenaje al mundo taurino, pretende convertirse también en sede de seminarios gastronómicos -ya están preparando uno de arroz-, actuaciones de flamenco, exhibiciones ecuestres o catas de vino, mientras conserva su actividad para grandes eventos.