Taconeo en dirección a la Bienal

A sus 16 años, Alberto Romero se hace un hueco en el mundo del flamenco con un espectáculo propio, 'Sin pensarlo'

El joven bailaor Alberto 'El Romero'.
Cristina Díaz

11 de noviembre 2013 - 01:00

Quería bailar, pero no le dejaban. Cuenta su madre Caty que, de bebé, cuando se montaba en el coche no paraba de llorar y que sólo un casete con sevillanas le calmaba. Desde pequeño ya apuntaba maneras y, a la edad de tres años, "cada vez que pasaba por la puerta de la academia de baile de Antonia de los Santos, él decía que quería entrar a bailar". "Hasta que no sepa diferenciar la derecha de la izquierda no puede apuntarse, nos decían", recuerda Caty. Con decisión, el pequeño Alberto aprendió en una semana gracias a su hermano Ronnie y dos lazos de colores; y su hermano Dino le regaló sus primeras botas de baile, del número 27.

Hoy, a sus 16 años, Alberto Romero Paz, más conocido como El Romero, se hace un hueco en el mundo del flamenco con un espectáculo propio, Sin pensarlo, montaje que estrenó en septiembre de 2012 en su localidad natal, La Rinconada, y que ahora pretende mejorar con la intención de presentarlo en la próxima edición de la Bienal de Flamenco que se celebrará en Sevilla el próximo año. "En julio estuve doce días en Alemania presentando el espectáculo. Nunca pensé que tendría tanto éxito", reconoce el joven. Éste no ha sido su primer espectáculo. Ya, con 14 años, estrenó en Alemania Flamenco. Historia de una madre, un homenaje a su progenitora, que vivió durante 20 años en el país germano, y a sus raíces andaluzas, con reminiscencias a la Feria de Abril, el Rocío, la Semana Santa y a la inmigración y la añoranza de la tierra. "Mi familia es mi inspiración y siempre la llevo presente. Por ejemplo, en Sin pensarlo, durante todo el espectáculo, el bastón de mi abuelo está sobre el escenario", reconoce El Romero.

Estudiante de 1º de Bachillerato en el IES Murillo, en mayo Alberto Romero conseguirá el título de Danza Española y Baile Flamenco. "A los siete años comencé el grado elemental de la mano de Matilde Coral y, después, entré en el Conservatorio Profesional de Danza de Sevilla", indica el joven. "Cada día bailo una media de cinco horas diarias en el conservatorio, más los ensayos fuera de él. Sé que he sacrificado muchas cosas, como ir a los cumpleaños de mis amigos cuando era un niño porque tenía que ensayar o acudir a algún espectáculo, pero no me arrepiento, bailar es mi vida, y cuando no bailo, estoy pensando en lo que voy a bailar". El mismo bailaor reconoce que sin el apoyo de su familia no hubiese conseguido su sueño. "Yo no tengo dos hermanos, tengo tres padres", comenta en alusión a sus dos hermanos mayores.

Alumno de profesionales como Jesús Carmona, La Lupi o Farruquito, El Romero trabaja ahora codo con codo con el cantante de copla Jonas Campos, con quién actuó el fin de semana pasado en Guillena. Según el bailaor, "la copla no tiene nada que ver con el flamenco, los movimientos son muy diferentes, pero nos adaptamos mutuamente". Ambos trabajan en un espectáculo que, "si todo va bien", verá la luz en marzo.

El próximo 16 de noviembre, El Romero acudirá por tercer año a los Salones Badía, donde participará en un espectáculo donde también actuará, de forma individual, Jonas Campos y Macarena Soto, entre otros artistas. Su próximo reto: taconear en la Bienal.

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