Donde el arte brota de los platos
En persona · José Ballester
Junto a su bar-restaurante, Taberna Macuro, se encuentra su taller de pintura. Chef y artista, profesiones indisolubles para él, lo que se refleja en la decoración de su negocio y en sus platos, creativos y con una interesante fusión.
Tomar una tapa en Taberna Macuro es mucho más que comer. Sentarse en una de sus once mesas da derecho a adentrarse en la pintura, la escultura, la decoración y, por su puesto, la gastronomía. Y es que en este bar-restaurante (calle Rosario Vega, 10, Triana) cada plato respira la fusión que flota en el ambiente y que su propietario se ha encargado de elaborar artesanalmente: "Los cuadros, los techos, hasta las lámparas las he pintado y decorado yo". Mitad venezolano mitad español, José Ballester se crió y formó a medio camino entre los dos países. Tras una dilatada experiencia en el sector hotelero en su país natal, regresó a Sevilla con la intención de formarse en Bellas Artes, su otra pasión junto a la cocina. Hoy, esta creatividad se ve reflejada en el negocio que en 2005 abrió sus puertas. Mezcolanzas de ingredientes, típicos venezolanos con europeos principalmente, que han ido abarcando a la cocina más internacional. Todo aderezado con el sugerente emplatado que Ballester imprime a la cocina y la cuidada atención al cliente de Arcelia, su mujer. Unas 30 tapas componen una carta que se renueva con platos del día. "Aunque existen clásicos como la Ensalada Reina o las arepitas a los que no podemos renunciar". Entre los méritos obtenidos, además de las novedosas jornadas gastronómicas que organiza, se suma el reconocimiento internacional: "Quedamos terceros, entre más de 50 países, en lo que vienen a ser los Oscar de las publicaciones de cocina con una cuidada edición en papel de nuestras mejores tapas".
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